El drama de dos de las mejores tenistas de Chile: Debieron retirarse a los 23 años

SANTIAGO.- Para muchos entendidos hablar de la generación del 92 del tenis femenino chileno de elite es hablar de Camila Silva, Cecilia Costa, Fernanda Brito y Daniela Seguel. Todas ellas han vivido momentos de gloria en el deporte blanco, ganando títulos y dejando bien puesto el nombre del país más allá de las fronteras.

Sin embargo, hoy la realidad es diametralmente distinta, pues no todas pudieron continuar en la senda de las victorias y celebraciones. El motivo, el mismo de siempre: La falta de apoyo del sector privado para financiar sus carreras deportivas.

"Nadie te abre una puerta"

El 28 de marzo de 2010, literalmente, Cecilia Costa tocó el cielo luego de conquistar la medalla de oro en los Juegos de Odesur en Medellín. "Fue un momento de mucha alegría y orgullo. Era el premio al sacrificio, a la entrega día a día por lograr ser una mejor tenista", recuerda con Emol.

Pero poco a poco esa felicidad se fue diluyendo. Aparecieron las lesiones y el "fantasma" del financiamiento comenzó a estar más presente en las giras. "El 2013 mi hermano le escribió por Twitter a Leonardo Farkas para pedirle ayuda con $2.500.000. Él me respondió de inmediato que sí, la verdad que no lo podía creer", señala.

Con esto, Cecilia pudo viajar y cumplir sus compromisos profesionales, pero ya de vuelta en Chile todo volvió a la dura realidad. "Me empecé a quedar sin plata, ya no habían más ‘lucas’ y mi familia ya no podía seguir financiándome. Además, perdí mi Proddar porque no pude revalidar el oro que había ganado, y lo peor fue que tampoco contaba con ninguna empresa que me apoyara. Todo mal…", cuenta.


Y agrega: "El tenis es un deporte hermoso, pero muy caro. Sin el apoyo de privados o sin alguien que confíe en tu talento no tienes como continuar en el profesionalismo. Nadie te abre una puerta".

Fue así que hace dos semanas, y después de analizarlo por mucho tiempo, tomó la dura decisión: "Hasta aquí no más llego dije. No tenía más plata y ya no quería molestar más a mis padres. Fue muy triste aceptarlo, pero finalmente decidí dejar el tenis profesional sólo por falta de apoyo económico".

Hoy Cecilia, con 23 años, espera comenzar sus estudios de ingeniería comercial o buscar la opción de becarse en una universidad sin dejar de lado la pasión de su vida: el tenis.

"Pocos te apoyan por un largo tiempo"

Con un talento sobresaliente, Camila Silva llegó a ser la octava mejor tenista del mundo en el circuito juvenil el 2010. Su proyección era clara y su tenis crecía día a día, pero con el correr del tiempo los recursos comenzaron a escasear y las giras se pusieron cada vez más caras.

"Creo que muy pocas tenistas han contado con el apoyo de la empresa y si en su momento lo han tenido es muy poco el tiempo de ayuda para obtener resultados", explica Silva.

Agrega que "pocos te apoyan por un largo tiempo y los procesos en el tenis duran años para que se pueda formar un gran deportista y persona".

Sobre su decisión de dejar el profesionalismo, Camila reconoce que "me costó por el hecho de que jugué prácticamente toda mi vida tenis, pero me retiré cuando sentí que ya había hecho todo, no tenía ganas de luchar y sin eso no se puede seguir. Tenía ganas de hacer otras cosas".

Cosas que ahora realiza como entrenadora en la academia Alto Tenis. "La verdad que estoy muy contenta, aquí se trabaja muy bien".

"Da rabia que se pierdan talentos"

Hace una semana la tenista uno de chile, Daniela Seguel, se coronó campeona del torneo ITF Copa Las Condes. Según dice, "estoy pasando por mi mejor momento de mi carrera. Creo que este semestre es el mejor desde que soy profesional, pero también tengo claro que nada ha sido fácil".

Reconoce que cuando supo el retiro de Cecilia "me dolió mucho. Me dio una tremenda pena, porque nos conocemos hace varios años, somos muy amigas. Es duro y también da rabia que se pierdan talentos por falta de dinero, eso no puede ser".

Seguel, al igual que varias en el tenis de elite, no cuenta con la ayuda de alguna empresa. "La verdad que si no es por mi hermana o mis padres no podría estar jugando tenis. Una marca me entrega las raquetas y tengo convenio con una clínica, pero nada más".

Y continúa: "Nadie se fija en una tenista profesional en Chile, estás sola junto a tu familia, por eso cuesta bastante desarrollarse en este deporte, sobre todo cuando debes comenzar tus giras por Sudamérica o Europa. Muchos me dicen que vaya a golpear puertas y lo hago, pero nadie te recibe, no tienen interés…".


Por ahora, Daniela asegura que "mientras pueda seguir solventando con mi familia los viajes continuaré compitiendo, pero está claro que en algún momento eso se puede terminar. Ojalá que alguien apueste más en las tenistas chilenas".

Es la dura realidad que terminó por retirar a dos jugadoras profesionales y que hoy tiene a la mejor del país luchando por no seguir de cerca al "fantasma" del financiamiento.