SANTIAGO.- Cambiará el putt por la bicicleta. En vez de buscar un eagle ahora intentará salir cuanto antes del agua, mantenerse en el ciclismo y rematar en el trote. Esa es la nueva mentalidad de Felipe Aguilar, el golfista número 1 de Chile, quien se está preparando para participar en el triatlón del Pucón.
El cambio es grande. Y él lo sabe. Es por eso que día a día está "sacándose la cresta" para llegar de la mejor forma física y psicológica a la competencia que se desarrollará el 10 de enero del próximo año y que contempla 70.3 kilómetros en total.
Su intensa rutina diaria comienza a las 06:00 horas. "Me levanto y troto una hora. Luego llego a la casa y tomo desayuno con mis hijas, eso no lo cambio por nada", explica a
Emol.
Luego, a las 08:30 horas, pedalea en promedio 70 kilómetros diarios. Y las tardes las destina para trota y nadar. "Lo que estoy haciendo yo no se le ocurre a nadie más en su sano juicio, jajaja. Termino muerto. Todos los días me replanteo si sigo o no. Pero una vez que acabo mi rutina me siento reconfortado, y vamos adelante".
Pero ¿de dónde nació esta idea de correr una triatlón? "Mi esposa (Loreto Santa Cruz) ya ha corrido 5 Ironman, mi hija participó en la de Pucón el año pasado. Entonces, era mi hora. Además que siempre en esa fecha estamos por esos lados, que mejor que aprovecharlo. Por eso me uní al grupo de los Full Runners y con ellos me siento en familia".
Y ¿cuál es la meta para esta primera vez? "Terminaré si o sí. Pero mi gran objetivo es ganarle por 45 minutos a la Loreto. Nada me motiva más, jajaja. Para eso tengo que hacer mínimo 5 horas 15. Así que hay que seguir entrenando, no me la ganara".
A la hora de comparar cuál de las dos disciplinas, el golf o triatlón, es más complicada, Aguilar entrega sus detalles.
"En esta nueva experiencia se nota mucho más la exigencia física. Pero la del golfista es mucho más aferrada en el tiempo. El triatleta entrena 6 horas, compite esporádicamente y listo. En cambio en mi deporte está todo el sacrificio de estar todas las semanas fuera de casa. Para mí el gol seguirá siendo mucho más complicado".
Pero no está solo en esto. Muy de cerca supervisa todos sus movimientos y entrenamientos el especialista Michel Uteau, "el talibán". "Me exige mucho, me aprieta, pero eso es bueno porque yo soy bien disperso. Eso también ayuda a estar full motivado".
Finalmente, reconoce que su punto débil, y el que seguirá trabajando de aquí al 10 de enero, es el trote. "Es lo que menos me gusta. Me pasa que cuando nadas vas a un ritmo, en la bici la bici corre sola, pero trotando dejas de mover las piernas y te vas 'a la mierda'. Además, es lo más destructivo para el golf. El que no está bien preparado lo pasa mal en la carrera".
