La violencia sobrepasó todo.
Aton
VALPARAÍSO.- Batalla campal. Así se puede calificar lo que se vivió en la tarde de ayer domingo en el estadio Bicentenario Elías Figueroa Brander, luego de los serios incidentes protagonizados entre barristas de Santiago Wanderers y Colo Colo.
Si bien una hora antes del compromiso, programado para las 17:00 horas, el operativo implementado por más de 300 Carabineros en los accesos del recinto deportivo se realizaba con sólo algunos hechos que lamentar, en el centro del puerto se informaba de desórdenes entre forofos rivales aunque no pasaban a mayores.
Así y faltando 20 minutos para el inicio del partido nadie imaginaba lo que ocurriría en el estadio.
Todo transcurría normalmente. Los seguidores de ambos cuadros dedicaban sus canciones a los jugadores y esperaban con ansias la salida de estos al campo de juego.
16:55 horas y los elencos aparecen en la cancha del Elías Figueroa. De inmediato desde el sector de la Garra Blanca de Colo Colo una densa capa de humo, producto de las bengalas y bombas de ruido, hacían presagiar que algo complejo podía ocurrir. Y así nomás fue.
Tras los saludos de los equipos y cuando estaba todo listo para que el árbitro del lance, Enrique Osses, diera el pitazo inicial comenzó lo peor.
Desde la Garra Blanca cerca de 30 individuos ingresaron a la pista atlética e iniciaron una verdadera batalla campal contra quienes se les cruzara por delante. Los primeros en recibir toda la violencia desatada fueron los 180 guardias que la regencia de Wanderers contrató para el pleito.
Poco a poco se fueron encendiendo los ánimos entre las barras, pero eran los seguidores de Colo Colo quienes se comportaban de forma más agresiva e intimidante, sobre todo con los funcionarios de seguridad, pues fueron a ellos a los que más agredieron y lanzaron objetos, e incluso amenazaron con arma blanca.
Sin embargo, algunos reporteros gráficos también fueron alcanzados por gruesos proyectiles y sufrieron el robo de sus cámaras.
17:10 horas y la imagen era dantesca. Nadie podía controlar a los más de 200 barristas que tenían invadido el campo de juego. En ese momento toda la seguridad del estadio estaba completamente sobrepasada, mientras Carabineros aún no recibía la orden para ingresar a frenar los "actos vandálicos" .
Los antisociales hacían de las suyas. Se trenzaban a golpes, amedrentaban al público presente y dañaban todo lo que estuviera al alcance. El caos era total y el miedo aún mayor.
Finalmente, 17:18 horas y más de 30 funcionarios de las Fuerzas Especiales de Carabineros entró al recinto deportivo. El aplauso fue generalizado, ya que en menos de tres minutos los barristas arrancaron hacia las galerías y el campo de juego quedó completamente vacío.
Tras esto, por los altoparlantes se informaba que el partido quedaba suspendido. Luego, el gobernador provincial de Valparaíso, Omar Jara, explicaba que Epor los graves actos vandálicos que han ocurrido no están dadas las garantías para un partido seguroE.
Terminaba así una jornada negra para el fútbol chileno, una jornada que pese a reinar la violencia en Valparaíso coronó campeón a Colo Colo del Torneo de Apertura, pero sin poder levantar la copa. Algo que hará este miércoles en el mismo estadio, aunque sin sus hinchas, por culpa de sus hinchas...
