La moto del chileno quedó lista para una nueva etapa.
El Mercurio
SALTA.- El relajo llegó en el momento justo. El piloto chileno Pablo Quintanilla señaló que era importante terminar lo más cerca del podio antes del día de descanso y el inicio de la segunda semana del Dakar 2016.
Y el motociclista cumplió con creces luego de rematar cuarto en la general tras el término de la séptima etapa.
Con mucho esfuerzo, Quintanilla logró descontar y se puso a 18 minutos y 6 segundos del portugués Paulo Gonçalves.
Por lo mismo, el sanantonino quiso desconectarse de la carrera y tuvo una distendida jornada, marcada por los masajes y "chateos" con el fracturado Mattias Walkner, a quien asistió ayer en la ruta.
"Quintafondo" empezó su día temprano, aunque no se levantó bien de madrugada como suele hacerlo cuando compite.
Y al no estar arriba de su moto, se dedicó a "chatear" con compañeros que abandonaron la prueba, como Ruben Faria y el propio Walkner.
"Hablé con Ruben Faria, perdió un diente y se quebró la muñeca. También con Matthias Walkner por chat, está en un hospital en La Paz para ser operado. El ritmo de los bivouacs te come, no hay tiempo para conversar", expresó el nacional.
Después, Quintanilla se sometió a una larga sesión de masajes a cargo del fisioterapeuta Moisés Gangolells para relajar los músculos de cara a los 393 kilómetros cronometrados que le esperan mañana entre Salta y Belén.
"En los días de rally hacemos sesiones de 30 minutos, ahora trabajamos una hora y después tuve masajes. No tengo dolores importantes, me siento bien físicamente. Estoy listo para la segunda semana de carrera, que será la más dura por el calor y la navegación", explicó.
Y mientras el chileno se relajaba, su moto Husqvarna recibía los minuciosos ajustes de sus mecánicos Roberto Boasso (italiano), Clement Berard y Louis Motter (franceses), más el ingeniero en motores Staller Friedrich (austríaco).
Ante esta situación, el oriundo de San Antonio apuntó que "como es la única Husqvarna Factory que sigue en carrera, están enfocados al 100% en la puesta a punto. Confío en que esta moto me llevará adonde quiero llegar".
La máquina del competidor criollo quedó como nueva y lista para otra batalla en la que Quintanilla buscará trepar de una buena vez al podio de las motocicletas del Dakar.