Universidad de Chile se despidió tempranamente de la Copa Libertadores.
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SANTIAGO.- No hay otra lectura. La Universidad de Chile de Sebastián Beccacece sufrió su primer fracaso de la temporada, tras quedar eliminada de la fase de grupos de la Copa Libertadores.
El elenco universitario no fue capaz se revertir el 0-2 de la ida que le propinó River Plate de Uruguay y luego de la igualdad sin goles en la revancha el cuadro laico se despidió del certamen continental, dejando una pobre y preocupante imagen de cara al primer semestre en el Torneo de Clausura.
Pero más allá de la dura eliminación, cuáles fueron los factores que llevaron al equipo de Beccacece a sucumbir ante un rival de menor peso y que debutaba en la Copa: Los cambios que realizó el técnico, la falta de jerarquía de los refuerzos, escaso juego asociado y la nula contundencia de los delanteros fueron las principales causas que provocaron el temprano adiós de los azules.
Beccacece intentó revertir el resultado negativo que sufrieron en la ida, pero la estrategia aplicada por el rosarino y las posteriores variantes tácticas utilizadas no rindieron los frutos esperados.
Todo comenzó temprano, recién al minuto 27, cuando el técnico envió al campo de juego a Leonardo Valencia para que reemplazara al amonestado Sebastián Martínez. El cambio obedecía a evitar la expulsión del volante de quite y a buscar la forma de generar más fútbol en la salida, teniendo en cuenta que el "Chino" es un jugador especializado en labores de quite.
Pero la modificación no prosperó. Valencia no logró asociarse de manera efectiva con sus compañeros ni consiguió crear enlaces entre la defensa y la zona ofensiva del campo. Sencillamente, el volante tuvo un opaco rendimiento en el Estadio Nacional.
Es más, el ingreso de Valencia obligó a Gustavo Lorenzetti realizar un trabajo más de contención que de habilitador, lo que provocó que los atacantes carecieran de acciones claras para poder marcar.
En esa línea, el nuevo refuerzo azul, Luis Fariña, poco y nada mostró. A la hora de llegar al área rival nunca logró conectarse con Gustavo Canales ni con Patricio Rubio, dejando en evidencia su falta de jerarquía para partidos trascendentales.
Por su parte, a Canales y Rubio se les vio sin contundencia ni claridad para generar peligro, sobre todo el ex Barnechea, quien en todo el partido tuvo sólo dos remates al arco pero que no causaron peligro.
En tanto, las incorporaciones durante la segunda etapa del duelo con los charrúas de Joao Ortiz y Luis Felipe Pinilla, por Luciano Fabián Monzón y Luis Fariña, no cumplieron el objetivo del adiestrador.
El lateral zurdo no logró replicar lo hecho en ofensiva por Monzón, quien aportó bastante por la izquierda con sus constantes subidas, ni tampoco transmitió seguridad en la zona defensiva.
Por su parte, el juvenil Pinilla pasó prácticamente desapercibido en el juego azul. El puntero no sumó alternativas en ataque, casi no entró en contacto con la pelota y no generó acciones de riesgo en la portería visitante.
Con este panorama, la U deja muchas dudas para lo que resta del campeonato nacional y a Beccacece cargando con la presión de haber sido el ayudante del entrenador más exitoso de los laicos en su historia.