VIGO.- El Celta de Vigo rompió este sábado su racha de cuatro jornadas sin ganar en la Liga española tras vencer por 3-2 al Eibar.
El equipo de los chilenos, que tuvo en cancha a Marcelo Díaz y Pablo Hernández -Fabián Orellana está suspendido- solucionó el triunfo con una primera parte soberbia, en la que dispuso de numerosas ocasiones.
No se había cumplido el minuto 20 de partido y el Celta ya había rozado el gol en cuatro ocasiones, primero con una asistencia de Guidetti a la que no llegó Aspas por poco, después con dos remates de Wass y por último con otro disparo de Iago Aspas que se marchó rozando el poste.
El Celta dominaba, tenía a su rival encerrado en su campo, pero un error de Sergi Gómez en la salida de balón pudo castigarlo duramente si el colegiado Melero López señalara lo que pareció un clarísimo penal de Gustavo Cabral sobre Borja Bastón.
Esa jugada, que aconteció en el minuto 22, condicionó totalmente el choque, pues poco después, tras un fallo del central argentino Mauro Dos Santos, Iago Aspas regaló el primer gol de la noche al sueco John Guidetti, al que cedió en vez de finalizar en el mano a mano con Riesgo.
El 1-0 le dio aire al Celta, volcado sobre la portería rival, e hizo daño al Eibar, incapaz de superar un golpe que Riesgo evitó que fuese mayor con una gran parada a disparo de Theo Bongonda, un puñal en la banda izquierda. De poco sirvió. Acto seguido, el lateral celeste Jonny se estrenó como goleador en Primera con un disparo que, tras tocar en un defensa, se coló por toda la escuadra.
Mejoró tras el paso por los vestuarios el equipo de José Luis Mendibilar e incluso logró apretar al Celta, al que un seguro Sergio Álvarez sostuvo cuando más empujaban los guipuzcoanos.
Los locales ya no dominaban con tanta claridad, lo que no impidió, sin embargo, que continuasen disfrutando de ocasiones, como la que desperdició en el minuto 66 el delantero Guidetti, quien, poco después, se resarció de su error al culminar una fantástica jugada de Hugo Mallo y Daniel Wass.
El duelo parecía sentenciado, pero un penal cometido por Sergi Gómez en el minuto 82, transformado en el 84 por Saúl Berjón, y un posterior gol de Inui en el 87 obligaron al Celta a sufrir hasta el final.