LOS ANGELES.- Ahora si, después de toda una temporada frustrante, la peor en la historia de Los Ángeles Lakers, pero dedicada por completo a su despedida, el escolta Kobe Bryant se encuentra a las puertas de lo que será el último partido de la brillante carrera de 20 años con la misma franquicia.
Bryant tendrá la oportunidad, con el Staples Center rendido una vez más a su figura ególatra, de realizar con el balón en sus manos las últimas genialidades a las que los tuvo acostumbrados.
Nadie duda de que Bryant ante los Jazz de Utah, un equipo inconsistente en plena reconstrucción, la misma que necesitarán hacer los Lakers, pero ahora con un año perdido por culpa de su despedida, intentará ser de nuevo la estrella que junto a figuras como el expívot Shaquille O'Neal y el español Pau Gasol ganó cinco títulos de liga.
Algo que tendrá que reconocer siempre, pues sin el poder dominante de O'Neal en el juego interior, en los tres primeros títulos de liga nunca se hubiesen quedado en Los Ángeles.
Lo mismo que sucedió con los dos últimos, que sin las excepcionales actuaciones de Gasol en los partidos y momentos decisivos de las Finales ante los Magic de Orlando y los Celtics de Boston, Bryant no los hubiese logrado.
Cierto que Bryant hizo cosas importantes y aportó un baloncesto espectacular y eficaz que asombró al mundo durante dos décadas y de ahí que tenga todo el derecho a disfrutar de una noche que sea muy especial para él, su familia, los Lakers y la NBA.
Bryant, de 37 años, muy castigado por las lesiones, se va a retirar como tercer máximo encestador en la historia de la NBA, algo que le permitirá por derecho propio a ser considerado como uno de los más grandes de la historia, y además como el único jugador hasta ahora que ha permanecido 20 años con el mismo equipo.
Siempre fue un sueño para Bryant el concluir su carrera como jugador de los Lakers, aunque ha reconocido públicamente que en su mente también estuvo la tentación de haber podido llegar a los Bulls de Chicago para emular en todo a su referente como jugador y profesional, al mítico Michael Jordan.
"Terminar la carrera en Los Ángeles significa todo para mí", comentó Bryant. "Crecí siendo un fanático de los Lakers, así que se convirtió en realidad el sueño de un niño que quería crecer y jugar para su equipo favorito durante 20 años, toda su carrera. He visto a esta ciudad crecer y desarrollarse, y viceversa. No hay otro lugar donde yo preferiría terminar mi carrera".
El último partido de la "Mamba Negra", como también se le conoce a Bryant, ha generado que el ya establecido y permitido escandaloso negocio de la reventa de entradas, haya alcanzado precios estratosféricos, al igual que la oferta de todo tipo de productos conmemorativos.
Atletas patrocinados por la multinacional Nike en todo el mundo usarán zapatos mediante los que rendirán homenaje a Bryant, en lo que se ha bautizado como "Día de la Mamba"
Los seguidores de los Lakers que no consigan entradas podrán concentrarse en el centro de la ciudad para manifestar su amor a Bryant, un atleta mundialmente admirado que representaba a Los Ángeles e incluso se asemejaba a esta urbe por las características que ha puesto siempre en su juego y en las que destaca la de haber sido en todo momento "entretenido".
"He crecido frente a esta multitud desde los 17 años", recordó. "Muchos rostros que vi en el público durante mi primer partido siguen aquí. Eso es especial. Hay personas que estaban en la niñez cuando debuté y que ahora vienen a los partidos con sus hijos. ¿Saben?, es estupendo ver esto", expresó Bryant.
Por su parte, los Lakers intentarán despedir a Bryant con dignidad, enfrentando a un rival que cuando se haga el salto inicial del partido podría también estar eliminado de los playoffs como ellos.
Los Lakers, que han batido todas las marcas negativas en la historia de la franquicia, están fuera de la postemporada desde hace meses y su marca perdedora de 16-65 así lo atestiguan en lo que ha sido una constante demostración de mediocridad y mal juego.
El entrenador Byron Scott, que podría dirigir también el último partido con los Lakers, espera que Bryant juegue más de 37 minutos, y los compañeros de la "Mamba Negra" tendrán la consigna de pasarle el balón en cada momento que lo quiera, lo pida o lo busque.
De esta manera, Bryant podrá cerrar y recordar la temporada del 2015-16 para siempre, no sólo por la haber conseguido vivir una despedida jamás permitida ni consentida en la NBA, sino también por formar parte del peor equipo de los Lakers de todos los tiempos.