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El agitado y crudo contraste que vivieron en apenas tres días Jaime Carreño y Diego Rojas en la UC

Los dos jóvenes volantes, que fueron las figuras en el clásico universitario, recibieron las críticas de parte de los hinchas en la dura derrota ante San Luis que alejó al equipo del título del Clausura.

27 de Abril de 2016 | 12:36 | Por Martín Gutiérrez, enviado especial a Quillota
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Un partido para el olvido.

Photosport
QUILLOTA.- Del cielo al infierno hay un sólo paso. O más bien 90 minutos. Así de cambiante fue la situación de dos jóvenes jugadores de Universidad Católica, que el sábado fueron figuras en el clásico ante la U y que ayer en Quillota naufragaron al igual que el resto de sus compañeros.

Hace tan sólo cuatro días, los volantes Jaime Carreño y Diego Rojas se llevaron todos los aplausos en San Carlos de Apoquindo, luego de ser los artífices en la victoria ante el más enconado rival y que ponía a la UC como exclusivo puntero del Clausura.

El entrenador Mario Salas los ratificó como titulares para el crucial choque en el Lucio Fariña, confiando en que ambos podrían repetir el rendimiento exhibido ante los azules. Pero los formados en la precordillera estuvieron lejos de aquello y no pudieron desequilibrar en una derrota que hipotecó el título de los precordilleranos.

Tanto Carreño como Rojas se vieron evidentemente incómodos con la superficie sintética del terreno de juego. Si bien todo el cuadro de Mario Salas jamás pudo hacer pie sobre el gramado artificial, el bajo nivel de este par de noveles créditos se reflejó en una nula conectividad en el juego de los visitantes.

Cada vez que alguno agarraba la pelota, la perdía fácilmente ante el acecho de los locales, quienes entendieron que apretando a los hábiles juveniles cortarían los circuitos de los cruzados.

Y así sucedió, ya que sin el desequilibrio y los pases en profundidad de ambos, y que tanto daño le hicieron a la U, Católica fue un equipo partido y que se vio obligado a meter pelotazos, que terminaron por desgastar a los atacantes Nicolás Castillo y Jeisson Vargas.

Los minutos corrían y los hinchas cruzados presentes en las tribunas del recinto canario las emprendían duramente con Diego Rojas "Enano malo", "Salas saca a Rojas", eran algunos de los claros gritos que se podían escuchar.

Y al parecer, el entrenador escuchó el clamor popular, ya que sustituyó al volante a los 55' por Roberto Gutiérrez. El enganche franjeado se retiró con claros gestos de decepción y pasó al lado de Salas, quien ni siquiera lo miró.

Gutiérrez tampoco fue solución, mientras que Carreño seguía sin encontrar la brújula y sin poder controlar el balón, ese que en el duelo ante los laicos parecía su mejor aliado y que ayer se transformó en un enemigo, al igual que los nervios visitantes. Los forofos no se explicaban la baja presentación del recoletano de 19 años.

Pitazo final del árbitro Roberto Tobar y los gestos de los dos lo decían todo. Carreño tomándose la cabeza en la cancha y Rojas lamentándose en el banco de suplentes.

Si el fútbol hace pocos días los premiaba por su astucia e irreverencia, en Quillota vivieron la otra cara de la moneda. Es cierto, no se les puede cargar con toda la responsabilidad del traspié, pero sin lugar a dudas que ni ellos pueden creer cómo pasaron de los aplausos a los lamentos en apenas 72 horas...

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