Finalmente, después de un primer tiempo llenó de dudas, llegó el tanto chileno que abrió la cuenta en el Gillette Stadium de Boston. Arturo Vidal recién iniciado el partido puso el 1-0 que hasta entonces le daba tranquilidad a la “Roja”.
Tres minutos llevaba en cancha Jhasmany Campos cuando se despachó este tremendo tiro libre que se coló en el arco de Claudio Bravo, cuya estirada fue estéril ante el potente remate del “10” de los altiplánicos. Un gol que golpeó fuerte el ánimo de los jugadores chilenos.
Tras el empate boliviano, Juan Antonio Pizzi mandó a la cancha a Edson Puch, quien a los 72’ desperdició una increíble oportunidad de anotar, tras darle mal a un rebote que le quedó servido en el área chica tras un potente tiro libre de Alexis Sánchez.
La cara de frustración de los jugadores de la “Roja” lo decía todo. Tras el 1-1, Bolivia se echó atrás en el Gillette Stadium y aguantaba los intentos de la selección chilena, que se veía impotente ante el cerrojo verde que le propuso la escuadra de Julio César Baldivieso.
El técnico de la “Roja” vivió su propio encuentro con el cuarto árbitro y el cuerpo técnico boliviano, luego que sobre el final Ronald Eguino se quedara tendido sobre el pasto por más de 3 minutos. Finalmente, al juez Jair Marrufo dio 8’ de agregado.
En el sexto minuto de descuento, un centro desde la derecha de Alexis Sánchez dio en el cuerpo del defensor Luis Gutiérrez y el juez de línea marcó la pena máxima. Los reclamos bolivianos no se hicieron esperar y por ello hubo amonestación para Walter Veizaga y el autor de la supuesta mano, mientras el estadounidense Jair Marrufo justificaba su decisión imitando el gesto.
Cuando el reloj marcaba 99 minutos de partido, el “Rey Arturo” se paró frente al balón y con un buen remate marcó el 2-1 que sentenció el partido. Euforia total en la “Roja” tras conseguir el triunfo que lo sigue dejando con vida en el Grupo D de la Copa América Centenario.