Quedó fuera por amonestaciones y lo sintió. Arturo Vidal vivió su partido aparte en el Soldier Field de Chicago, donde desde una caseta del estadio se dedicó a ver el partido y apoyar a sus compañeros. Y fue desde antes del inicio del cotejo, mientras se entonaba el himno chileno, que el volante comenzó a palpitar con intensidad el cotejo, cantando con su mano en el corazón y golpeando el ventanal al ritmo de la canción nacional. Un show aparte.
Charles Aránguiz a los 6' y José Pedro Fuenzalida a los 11' pusieron los que a la postre serían los únicos tantos del partido. Un arranque espectacular de la escuadra de Juan Antonio Pizzi que desde el arranque demostró su hambre por llegar a la final, ante un elenco colombiano que se vio sorprendido con la intensidad de la "Roja" en los minutos iniciales.
Entró en lugar del amonestado Arturo Vidal para apoyar en el centro del campo, ayudanhdo en el quite del balón y siendo aporte en los mejores momentos de Chile en el comienzo del partido. Pero una dura entrada a los 25' entre Carlos Sánchez y Daniel Torres sacaron del partido a Pedro Pablo Hernández, con una lesión en su rodilla que lo dejará fuera por al menos seis semanas, según contó el propio jugador tras el encuentro. Tanto fue el dolor, que el volante ni siquiera puso salir del campo por sus propios medios en el entretiempo, teniendo que ser llevado en andas al camarín por el cuerpo médico de la "Roja".
Final del primer tiempo y los presagios meteorológicos comenzaban a cumplirse. Una tormenta eléctrica azotó Chicago y mantuvo el duelo suspendido por 150 minutos. Dos horas y media de espera para los hinchas, que debieron resguardarse bajo techo ante los rayos que caían, y para los jugadores, que aguardaron en camarines la reanudación del cotejo.
Con el correr del segundo tiempo, casi tres horas después de los tantos de Aránguiz y Fuenzalida y ante lo cerrado de la defensa chilena, el combinado colombiano se comenzó a desesperar y empezó a perder los estribos, con duras entradas que llegaron en un momento a caldear los ánimos en la barrosa cancha del Soldier Field de Chicago.
Fueron al menos tres los hinchas que invadieron el campo durante el partido. El primero lo hizo justo cuando se anunciaba la tormenta eléctrica y se evacuaron las zonas de riesgo al borde de la cancha, aprovechando la poca seguridad. Luego, en el segundo tiempo, dos hinchas colombianos volvieron a invadir y paralizar el partido. Un show aparte para los más de 55 mil hinchas que llegaron a Chicago para ver el duelo de semifinales, quienes rieron con las caídas de los guardias de seguridad y las fintas de los aficionados que saltaron al campo de juego para estar más cerca de sus ídolos.
El pitazo del juez salvadoreño Joel Aguilar desató la celebración de los jugadores de la selección chilena. Juan Antonio Pizzi saludó a sus jugadores y se retiró con una sonrisa de oreja a oreja a camarines, mientras sus pupilos seguían los abrazos y festejos en la cancha. Chile alcanzó una nueva final luego de un partido que duró 90 minutos, pero se extendió por más de 3 horas y media.