Érika Olivera luciendo los colores de la bandera chilena en el Maracaná.
AP
RÍO DE JANEIRO.- La espera fue larga. Tuvieron que desfilar 43 delegaciones por el campo del estadio Maracaná para que los deportistas chilenos asomaran en el reducto brasileño, liderados por su abanderada Érika Olivera.
La maratonista, una de las deportistas más perseverantes de América Latina, paseó por la cancha del Maracaná a su país, hoy en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
A los 40 años, Olivera aparentó 15 menos cuando se vistió con un traje de huasa con los colores de la bandera con un elegante sombrero negro y condujo a la representación de la delegación nacional, compuesta por 42 deportistas, justo el número de kilómetros que correrá la atleta el próximo domingo 14 de agosto.
Campeona panamericana en 1999, con una conmovedora historia de crecimiento luego de haber sufrido abusos sexuales de niña, Olivera se ganó el boleto a Río a una edad en la que sus antiguas rivales están retiradas y dentro de nueve días competirá contra corredoras con edad para ser sus hijas.
"Esto es algo que ni en sueño había vivido y hoy es una bendita realidad", escribió la competidora al referirse a su emoción por llevar la bandera en la apertura de los Olímpicos.
Vestidos con buen gusto los chilenos fueron el equipo número 44 en desfilar y fueron una de las delegaciones más aplaudidas por los más de 70 mil espectadores presentes en el reducto brasileño.
Algunos de los protagonistas de la selección aparecieron en la pantalla del estadio como el marchista Yerko Araya, quien se detuvo delante de la cámara para enviar un beso a su hija Alessandra, mientras el resto de los deportistas no perdían tiempo, sin ocultar su emoción por estar en la cita olímpica, para saludar a la afición y tomar fotos mientras desfilaban.
Recordar que Chile suma dos medallas de oro, siete de plata y cuatro de bronce en los Juegos Olímpicos.