Se mostró con sinceridad.
El Mercurio
RÍO DE JANEIRO.- Tomás González no se hace grandes expectativas. Se siente en desventaja en comparación a los siete rivales que tendrá en la gran final de salto de los Juegos Olímpicos de Río.
"Si nos vamos a las estadísticas, tengo opciones bien reducidas de medalla por mi valor de partida de mi segundo salto de dificultad que es un poquito más bajo. El primero es de 16 puntos y el segundo 15,6 con eso quedo en desventaja en relación al resto, pero daré el máximo", explicó.
Ayer habló duro y acusó robo y que se vio perjudicado por los jueces en su evaluación de la rutina de suelo. Hoy más en frío mantiene esa postura.
"Lo conversé con dos jueces chilenos y varios gimnastas y entrenadores acá me han dicho que fueron muy estrictos con mi nota. Lo bueno es que estoy conforme con lo que hice. Me dio rabia, pero este deportes de apreciación", comenta.
Eso sí, le ve el lado positivo a lo que pasó. "Pero si no hubiera sacado ese puntaje no hubieras hecho salto y no habría llegado a la final de salto. Ese es el lado positivo. Feliz porque no cometí ningún error. Resultó mi segundo plan que era salto. Tuve que reponerme rápido tras verme mi puntaje en suelo. Ahora ya más relajado y contento con mi tercera final olímpica. Es un gran logro estar nuevamente entre los ocho mejores del mundo".
Consultado por si pretende aumentar la dificultad de sus ejecuciones, González explicó que "el trabajo ya está hecho, dos semanas antes de viajar logré estabilizar mi salto más difícil. Podría hacer una pequeña modificación, pero es difícil".
Finalmente agradece el apoyo de todos. "Siento que hago historia y trato de disfrutar en este minuto. En Londres fue más tenso todo, eran mis primeros Juegos Olímpicos, tuve dos finales, quedé muy cerca de medalla. Orgullosos por ser chileno y estar entre los ocho mejores del mundo".
