SANTIAGO.- Distintas curiosidades han marcado los Juegos Olímpicos de Río 2016, aunque sin duda lo que pasó ayer martes en la piscina de los clavados ha sorprendido a todos.
Horas antes de la definición por medallas en esta disciplina, el agua cambió repentinamente de color pasando a un tono verde sin explicación alguna.
Ni siquiera los organizadores de la cita de los cinco anillos pudieron dar una respuesta al insólito hecho, aunque aseguraron que no había problema para competir.
"La calidad del agua fue probada y no había riesgo para los atletas. Estamos investigando la causa", indicaron desde el comité local.
Ante el misterio de este cambio de color, las versiones comenzaron a circular de inmediato y fueron dos las que tomaron más fuerzas.
La primera teoría apuntó a que algunos deportistas habían pedido el cambio de color del agua para evitar el reflejo de los rayos del sol.
La segunda señaló que simplemente el agua no había sido tratada correctamente y que por ello se incrementaron los niveles de cloro provocando la posible aparición de algas.
Sin embargo, ninguna de las dos teorías pudo ser comprobada y la organización sólo se limitó a decir que había una investigación en curso.