La piscina en el ojo del huracán.
EFE
SANTIAGO.- La polémica está instalada. El comité organizador intentó bajarle el perfil al color verde que tomó la piscina olímpica, pero finalmente tuvo que cerrar el controvertido escenario de los clavados.
Si bien ayer jueves la Federación Internacional de Natación
había explicado por qué el agua cambió su aspecto normal, sus argumentos no fueron lo suficientemente fuertes.
Pasaron las horas y cuando se pensaba que el misterio del agua verde estaba resuelto, la organización de Río 2016 decidió cerrar la cuestionada piscina ante los insistentes reclamos de varios deportistas.
Los competidores acusaron malos olores emanados desde la piscina olímpica, mientras otros aseguraron que terminaron con problemas en los ojos luego de competir.
"Huele como si alguien se hubiese tirado un pedo", lanzó el clavadista alemán Stephan Feck en su cuenta Facebook tras entrenar en el centro acuático Maria Lenk del Parque Olímpico.
Pese a que habían asegurado que se podía utilizar el recinto sin problemas, la serie de reclamos presentados por los deportistas llevó a la organización a cerrar temporalmente la piscina hasta encontrar una solución y una respuesta certera al extraño suceso.
"Confirmamos que los entrenamientos en el Parque Acuático María Lenk han suspendidos", declaró el vocero de los JJ.OO., Philip Wikinson.