Jaqueline Ferreiro en su participación en los JJ.OO.
Reuters
RÍO DE JANEIRO.- Otra versión de la polémica. María Fernanda Valdés ya había dicho, llorando, que sentía impotencia al haber sido inscrita en el grupo B en la competencia de levantamiento de pesas de la categoría -75 kilos.
Explicó que ella quería estar en el A, donde participaron las principales figuras, pero que su entrenador, el cubano Luis López había decidido lo contrario. Además, contó que el caribeño tenía a otra de sus dirigidas en la subdivisión más selecta, la brasileña Jaqueline Ferreira.
"Ella es local y tenemos la misma marca. La deben haber subido porque es brasileña y yo chilena", fue la queja de la coquimbana.
Pero para la aludida Ferreira la razón es otra, según ella muy alejada de toda polémica. "Éramos 14 competidores y nos dividieron en grupo A y B. Hubo un sorteo para definir los grupos. Nadie determinó que yo fuera al A y ella a la B", contó tras su actuación.
Agrega que "sólo Dios sabe si le hubiera ido mejor en el A". Sin embargo, trató de bajarle el perfil al tema y valoró el trabajar junto a la chilena.
"No pude mirar la competición, pero creo que María Fernanda no debe estar muy contenta porque puede conseguir más cosas de lo que hizo hoy. Es una atleta muy fuerte y va a seguir trabajando para mejorar", señaló.
Consultada por si a ella le complica compartir al DT con una de sus rivales directas, Ferreira apuntó que "no es un problema compartir entrenador, es bueno porque puedo compartir con ella. No hay muchas brasileñas en mi categoría entonces podemos ayudarnos".
Y sobre cómo se dio hoy la competencia, donde Valdés terminó séptima y ella descalificada por no poder levantar 103 kilos en el arranque, la brasileña comentó que "es una gran rival. En Londres salí mejor yo, aquí ella, pero somos amigas y seguiremos practicando para ser mejor".