RÍO DE JANEIRO.- Fueron cuatro horas de mucha tensión. 240 minutos en los que la pelota no paró de correr, pero que también tuvo un partido aparte fuera de la cancha con varios hechos que llamaron la atención.
De partida, sólo para esta final la organización exigió que todos los integrantes de la prensa acreditada tuvieran además una entrada. Esto se ha reservado sólo para eventos de gran convocatoria como las finales de Michael Phelps en la natación, los partidos de Estados Unidos en el básquetbol, la final de gimnasia femenina y la ceremonia inaugural.
Quedaban aún un par de horas y la ruidosa barra argentina ya se hacía sentir. Poco a poco comenzaban a llenar el Court Central del Centro Olímpico. Y eso que aún se estaba jugando la final del dobles mixto.
Lienzos, camisetas, pelucas y mucho grito era la marca sin igual de que los trasandinos llegarían en masa a apoyar a "Delpo".
Pero también hubo otro que se robó todas las muradas. Gustavo Kuerten, el multicampeón de Roland Garros que ahora trabaja como comentarista deportivo.
No fue una, sino que varias las veces que "Guga" tuvo que pararse de su puesto de transmisión para agradecer los cánticos de los brasileños que no lo olvidan. Él como siempre, con una sonrisa en el rostro.
En la cancha ya se mataban "a palos" Del potro y Murray. Y en las tribunas parecía algo similar. Los locales se unieron a los británicos para hinchar contra el de Tandil. Parecía partido de Copa Davis o bien de fútbol.
"Vamos vamos Argentina, vamos vamos a ganar", "Ole ole ole ole ole ole ola, cada día te quiero más". Algunos de los cánticos que más se escucharon.
El juez del compromiso advirtió en varias ocasiones a que se silenciaran. Pero no hubo caso. Tanto así que en pleno desenlace del cuarto set la policía militar ingresó al estadio y desalojó a dos argentinos por molestosos.
Consumada la derrota de Del potro, los argentinos igual se sintieron ganadores. "Delpo, Delpo, Delpo". No lo dejaban irse. Mientras él lloraba desde las tribunas no cesaban. Y de Murray muy pocos se preocupaban.