SANTIAGO.- "Alexis Sánchez será el capitán, la elección es de sus compañeros". Así lo anunciaba Juan Antonio Pizzi en la previa del encuentro de Chile ante Bolivia por las Clasificatorias.
Ante la ausencia de Claudio Bravo y Gary Medel, el delantero del Arsenal portó la jineta en el estadio Monumental ganándole la pulseada a Arturo Vidal, quien también optaba a ser el líder de la "Roja".
El tocopillano saltó a la cancha de Macul encabezando al equipo nacional y con el tradicional banderín que se le entrega al rival. Se saludó con el trio arbitral, intercambió el emblema y se dirigió a su posición en la cancha. Se le veía muy tranquilo.
Pero la serenidad de Alexis contrastaba con la energía de Vidal. El volante del Bayern fue el más activo tras el himno nacional pidiendo apoyo del público y aplaudiendo a sus compañeros antes del pitazo inicial.
Ya con el partido en marcha, el del Arsenal hacía un partido silente. Intentaba habilitar y generar peligro, pero el gol no llegaba. Poco a poco se comenzaba a desesperar y a vivir su propio partido.
Por otro lado, el del Bayern aleonaba a sus compañeros para pelear cada balón y le reclamaba al árbitro brasileño cada vez que el portero boliviano Carlos Lampe demoraba en la salida. Se convertía en el alma de lucha, el motivador del equipo.
Eran partidos distintos para cada uno de los líderes de la "Roja". Mientras uno portaba la jineta oficialmente, el otro sin llevarla tomaba un papel protagónico en el compromiso. Cada uno, a su manera, intentaba liderar a sus compañeros.
Después de una serie de demoras en el saque de fondo, por primera vez Alexis se acercaba al juez para reclamarle por el tiempo que hacía Lampe. Fue justo después del gol anulado a Roco y cuando el meta boliviano estaba tendido ya varios minutos en el césped.
Tras volver del descanso, Sánchez y Vidal tendrían su primera interacción en lo que iba de partido. Fue una conversación de poco más un minuto, muy cerca del círculo central. Cada uno parecía pedirle más entrega al otro. Los brazos se movían en señal de reprobación por parte del volante, mientras el delantero respondía con gestos que delataban una mejor salida desde el mediocampo.
Fue un diálogo intenso. Tras esa conversación ambos tomaron rumbos distintos para tomar posición en la cancha. Esa distante relación en el terreno de juego quedaba en evidencia.
En el segundo tiempo poco cambió el escenario. Alexis seguía su batalla personal -cada vez más ofuscado- para darle el gol a Chile y Vidal continuaba luchando y alentando a sus compañeros en cada pelota.
Hasta en la disputa de los tiros libre había diferencias. Cada uno lideraba a su manera, aunque sólo uno era el capitán.
Finalizado el partido, el del Bayern fue el primero en regalar aplausos al público presente camino a los vestuarios. Sus compañeros lo siguieron. Más atrás iba el del Arsenal, quien también siguió la línea de Vidal.
Lo que vino tras el pobre empate
Ya en vestuarios ambos ejercieron su liderazgo. "Había mucha pena y amargura por el resultado, pero tanto Alexis como Arturo intentaron levantar al resto de sus compañeros", cuenta a Emol un amigo de uno de los jugadores.
Antes de dejar el Monumental los dos seleccionados se dieron el tiempo para hablar con la prensa. Vidal lo tiene como costumbre, mientras que Alexis, reacio a los micrófonos, lo hizo por su rol de capitán.
Aquí sus discursos demostraron nuevamente cómo vive y siente cada uno su rol en la "Roja". El delantero realizó una fuerte autocrítica enfatizando en que el "bicampeonato ya era pasado" y que "ya no basta con dar el 100%".
Visión totalmente distinta tuvo Vidal. "Ellos se fueron felices porque le sacaron un punto al bicampeón... No vamos a olvidarnos de los dos títulos que ganamos, no tenemos por qué. Somos los bicampeones", decía recordando, como le ha sido habitual, las dos Copa América ganadas.
Miradas y sensaciones distintas de dos líderes de la "Roja", que ayer en el Monumental poco pudieron hacer para evitar que Chile consiguiera un pobre empate ante Bolivia y siguiera complicado en su camino al Mundial de Rusia 2018...
