La emoción de un campeón.
AFP
SANTIAGO.- El suizo Stanislas Wawrinka hasta ayer había ganado ya dos Grand Slams, pero a pesar de eso no dejó de sentir nervios -y muchos- en su cuarta final de un grande (Se quedó con Australia, Roland Garros y había perdido Wimbledon).
Tras vencer al número uno del planeta, Novak Djokovic, en la final del US Open, el tres del mundo reconoció que antes de ingresar a la cancha sintió muchos nervios, tembló e incluso se le cayeron las lágrimas.
"Antes de la final estaba muy nervioso, como nunca antes. Estaba temblando en el vestuario. Me puse a llorar. Estaba temblando por completo", reveló el jugador.
"Esto es increíble. Han sido dos semanas increíbles. Supe que sería una batalla muy difícil ante Djokovic, que es el número uno del mundo. Siempre te obliga a jugar tu mejor tenis si quieres ganar. Lo puse todo en la pista. No solo en este partido, sino que en las últimas dos semanas", detalló el helvético.
Wawrinka explicó que este año está "jugando mucho mejor que el año pasado". "Nunca soñé con ganar un Grand Slam hasta que gané el Abierto de Australia. Nunca fue un sueño para mí porque estaba demasiado lejos", recordó.
"En mi primera final de un grande fui a la pista a ganar, pero sabía que podría perderla también. Luego estás en otra final de Grand Slam, no eres tan joven y no quieres perder la oportunidad de ganar ese título. El trofeo de finalista no es lo mismo", concluyó.