Sufrió Arturo Vidal en el duelo ante Ecuador.
Aton
QUITO.- Nadie se salvó en la dura derrota de 3-0 de Chile, pero si alguien al menos intentó cambiar la historia cuando todo era adverso, ese fue Arturo Vidal. El volante luchó, pero no bastó para impedir la caída ante Ecuador.
El del Bayern Munich se jugó un partido aparte. Desde el inicio se mostró combativo como suele ser y trató de contagiar a sus compañeros ante las dudas mostradas en los primeros minutos. Sin embargo, no le resultó.
El primer gol de La "Tri", a los 18', fue el comienzo de una dura tarde. El oriundo de San Joaquín mostró su rabia por no haber recuperado el balón antes. Sus primeros dardos apuntaron contra Mauricio Isla.
Más tarde la "Roja" seguía errática y el mediocampista ahora le pedía más claridad a Marcelo Díaz en la salida justo cuando otro balde de agua fría llegaba para Chile con el 2-0 de Ecuador a los 22'. Aquí Vidal no aguantó.
Se acercó a Isla y con gritos le dijo que tenía que anticipar para recuperar el balón e impedir el centro de su rival, que había terminado siendo clave para el tanto de los locales. Otra vez estaba molesto, muy molesto y se lo hizo saber al lateral con vehemencia.
Las fallas seguían y el del Bayern perdía la paciencia. Era el turno de Enzo Roco, quien se llevó un duro reto por no ganar metros con el balón dominado y entregarlo apuradamente forzando al error.
Hasta el cuatro árbitro sufrió con el enojo de Vidal, quien a poco de terminar el primer tiempo le reclamo por cobrar una falta de Pablo Hernández, que según él era infracción del ecuatoriano.
La frustración se apoderó del volante. Terminado el primer tiempo se quedó parado en la cancha por algunos minutos mirando al cielo y tomándose la cabeza. No podía creerlo.
Y menos lo pudo creer cuando recién con un minuto del complemento llegó el 3-0. Nuevamente Roco se ganó sus alegatos, aunque esta vez con menor intensidad, pues el lamento era tan grande que no daba para más.
La impotencia del ex Colo Colo era tremenda. A esa altura hasta Bravo sufría con sus gritos, ya que le reclamaba su demora en el saque para cederle el balón y que el capitán no viera que estaba sólo entregándole el esférico a otro compañero.
Su rabia por el resultado era tal que en los minutos finales luchaba solo y sin darse cuenta le arrebató de los pies la pelota a Alexis Sánchez, quien quedó tirado en el césped. Luego le pidió disculpas.
El frustrante partido de Vidal acabaría mirando nuevamente al cielo y caminando hacia el sector de los hinchas chilenos para regalar su camiseta y pedir disculpas por el desastroso partido. Luego camino lento y solo hacia el túnel de los vestuarios para dar fin a una jornada de terror.