El momento del rescate del competidor fallecido.
EFE
SANTIAGO.- Una verdadera tragedia remece a la natación. El domingo en una masiva prueba de aguas abiertas en Hong Kong falleció un competidor amateur de 40 años.
La alarma se produjo en la mitad del tramo cronometrado, cuando el deportista debió ser asistido por la organización. Luego fue trasladado al hospital, lugar en el que falleció, después de haber sido recuperado inconsciente en las aguas del puerto de Victoria, estrecho que separa la isla de Hong Kong del continente asiático.
Pero no fue lo único, porque una mujer, de unos sesenta años, también fue trasladada a la clínica, tras quedar inconsciente durante la prueba. Todavía continúa en estado crítico.
Tras esta tragedia, la Federación Internacional de Natación (FINA) se propuso revisar la situación de seguridad en las pruebas de natación en aguas abiertas y podrían cambiar algunas reglas.
"Vamos a realizar un examen minucioso de este accidente y las condiciones de seguridad y la organización de los futuros eventos masivos en aguas abiertas", dijo en un comunicado el máximo organismo de la natación mundial, que piensa trabajar con las asociaciones que organizan este tipo de eventos.
Cerca de 3.000 nadadores tomaron la salida de la carrera de 1.500 metros en Hong Kong, unos 500 más que en 2015. Los medios han señalado que a pesar del aumento de un 20% en el número de participantes, se movilizó a sólo diez equipos más de rescate. Eran 120 para supervisar la prueba, de acuerdo con la cadena de RTHK.
Ésta es la primera muerte desde 2011, año en que la prueba se reanudó tras una pausa de 30 años, debido a las advertencias sobre el nivel de contaminación del agua. Cada año más de 400.000 barcos pasan por el puerto de Hong Kong, uno de los más activos en el mundo.
El estadounidense Charles Peterson y la holandesa Sharon van Rouwendaal, campeona olímpica de 10 km en aguas abiertas en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, se proclamaron vencedores de la prueba.