Le salió todo mal al peligroso delantero del Barcelona. Hasta se perdió un penal.
AP
SANTIAGO.- No será un partido fácil de olvidar para Luis Suárez. Su selección perdió, él falló un penal y peor aún, podría ser sancionado por un vulgar gesto consumada la derrota de 3-1 ante Chile.
Fue un partido aparte para el delantero del Barcelona. Desde un inicio se le vio alterado, de hecho cuando recién iban 4 minutos se enfrascó en un duro diálogo con su compañero Matías Vecino por no darle el balón más rápido en un ataque.
A los 27', y cuando su equipo ganaba, dejó ver todo su enojo al reclamarle al árbitro un supuesto penal sobre Edinson Cavani. Fue tanto su enojo que el juez de línea le pidió que se calmara para evitar la amonestación.
Pero Suárez quería ser protagonista y a los 41' se lanzó al piso acusando un golpe en el rostro de Gonzalo Jara. Estuvo varios minutos en el césped y cuando se recuperó no quiso tomar la camilla. A esa altura Medel reclamaba que el atacante estaba haciendo tiempo.
Más tarde se ganaba la amarilla por un golpe en el rostro sobre el "Pitbull". Esa tarjeta lo dejaba fuera del próximo lance ante Brasil, algo que claramente le dolió. Por eso reclamó con todo la amonestación.
El gol de Vargas al finalizar el primer tiempo dejó "caliente" a Suárez, quien se enfrascó en un duro diálogo con Jean Beausejour. Hubo manotazos y pechazos. La situación por poco llega a los golpes obligando a la intervención de otros jugadores, incluso, de Juan Antonio Pizzi.
En el complemento el "Pistolero" estuvo desencajado. No se metió en el partido y nuevamente tuvo un cruce verbal con un compañero, esta vez con Álvaro González, quien sólo miró atónito ante sus reclamos por un pase largo y erróneo.
Reiniciado el encuentro, de entrada el atacante del Barcelona se enfurecía al caer en el área y acusar un empujón que, según él, era un claro penal. Lo protestó con todo y a todos.
A esa altura los más de 40 mil hinchas presentes en el Nacional ya lo "odiaban". "Llorón, animal, dedícate a jugar", eran conceptos que se escuchaban con fuerza desde las tribunas.
Por ese entonces Chile ya había dado vuelta el partido y lo ganaba por 3-1. Suárez tenía otro duro diálogo, ahora con Gonzalo Jara, quien no hizo caso el goleador y luego de responderle emprendió camino a su posición.
A poco del final del encuentro el charrúa tenía la opción de descontar y encender el partido en sus últimos minutos. Penal para Uruguay y él se paraba frente al balón en medio de una ensordecedora lluvia de pifias. Bravo tapó y así puso punto final a una noche para el olvido y que podría tener serias consecuencias para su futuro.
El "Pistolero" perdió el control en el Nacional y Uruguay sintió su ausencia...