Disparó con todo.
Mauricio Palma, COCh
SANTIAGO.- Ricardo Soto siempre ha destacado por su introvertida personalidad. Aún en su momento de mayor éxito en los Juegos Olímpicos de Río, el tirador con arco siempre se mantuvo cauto.
Por eso ayer llamó la atención su reacción. El joven, de sólo 16 años, subió al escenario a recibir su premio como la Promesa Deportiva del 2016, distinción que le entregó el Círculo de Periodistas Deportivos de Chile.
Todo iba normal. Hasta que pidió el micrófono. Todos pensaron que era para agradecer la distinción. Sin embargo la sorpresa fue total.
"Quiero dedicarle ese premio a alguien que seguramente no está viendo esto. A la jefa de UTP (Unidad Técnico Pedagógica) de mi ex colegio, quien cuando le pedimos ayuda, nos dijo que no financiaban hobbies . Bueno, acá está mi hobby", fueron sus palabras. Ovación general.
Tras la ceremonia Soto profundizó. "Se llama Griselle. En varias ocasiones fuimos a perdile ayuda debido a mis viajes, tenía muchas dificultades y la verdad fue una señora bastante desagradable. Tuvimos bastantes problemas y al final me tuve que ir del colegio", recordó sobre su pasado en Arica.
Consultado por si había sido algo natural, el joven aclaró que "no lo tenía pensado, pero como vi el micrófono vi la ocasión. Es un mal recuerdo, pero gratificante decirlo ahora. Era una señora cerrada de mente".