El charrúa no tuvo un buen paso por el fútbol de Medio Oriente.
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SANTIAGO.- Llegó como gran promesa hace 5 años, pero finalmente no pudo consolidarse en el cuadro de la Universidad Católica.
El volante uruguayo Matías Mier, quien defendió los colores de los cruzados marcando 11 goles en tres temporadas, vive un presente bastante particular.
Después de su frustrado paso por San Carlos de Apoquindo, el charrúa deambuló por varios equipos. Estuvo en Santiago Wanderers, Rentistas de Uruguay y el Al Mu'aidar de Qatar, donde tampoco pudo completar una gran campaña.
Por lo mismo, Mier regresó a su país natal donde entrena con la juvenil de Peñarol y sorprendentemente ayuda a sus padres vendiendo fuegos artificiales para las fiestas de fin de año.
"Mis padres tienen un puesto de frutas y verduras en Maldonado y ahora por las fiestas se pusieron un puesto de fuegos artificiales que lo atiendo yo. Por ahí vienen los chiquilines y me preguntan si soy yo, qué hago vendiendo fuegos artificiales y algunos se cagan de la risa. Pero no es una deshonra y menos para mí que vengo de una familia de laburantes de toda la vida", explicó el mediocampista al sitio web Referí.
Además, agradeció el gesto de Peñarol, elenco con el que alcanzó la final de la Copa Libertadores 2011, de recibirlo a la espera de que firme un nuevo contrato en su carrera.
"Me abrieron las puertas de la tercera y la convivencia con los chicos, el cuerpo técnico y la sanidad fue de novela. Ver el hambre que tienen por llegar y demostrar, me hizo cargar las pilas. Peñarol me hizo un favor y quiero mi revancha. Yo necesitaba entrenar luego de rescindir en Qatar y estoy agradecido con el club y estos chicos de Peñarol tienen un gran nivel, son exigentes y te obligan a mejorar siempre", explicó.