Pantallazo
SANTIAGO.- Nada de bien ha quedado la imagen del fútbol uruguayo por estos días en el mundo. Parece raro, pero un mismo partido tuvo dos situaciones que han dado que hablar en todo el planeta.
Hace una semana el duelo entre Boca y de Conventos, por la final de la cuarta división, había sido suspendido luego que el árbitro se fuera detenido por golpear a unos jugadores.
Al momento del insólito hecho, las autoridades se dieron cuenta que el juez estaba en estado de ebriedad, algo que días más tarde él reconocería públicamente renunciando a su profesión.
Una semana más tarde de aquel bochornoso suceso, el encuentro se reanudó, sin embargo, otra vez terminó en boca de todo el mundo.
Uno de los jugadores golpeó a un rival con un cabezazo desatando una verdadera batalla campal. Las patadas y combos fueron de un lado a otro llevando la situación al límite.
Una vez que el hecho pudo ser controlado, el nuevo juez del compromiso expulsó a 11 futbolistas.