SANTIAGO.-Se han perdido cumpleaños de amigos y familiares. Todos los días entrenan duramente para ser profesionales, un sacrificio que lo hacen pensando en que, algún día, vendrán los triunfos y las alegrías. Se trata de la nueva camada del tenis chileno, que ahora inician la gira Cosat, la más importante de este lado del mundo, una travesía por distintos países del continente para los nuevos tenistas. Esta es la historia de las seis mayores promesas del tenis chileno.
De izquierda a derecha: Fernanda Labraña, Josefa Fernández,Jimar Gerald.
Fernanda Labraña, 17 años
Nacida en Talagante, hija de profesores de educación física, hoy es la mejor chilena en el ranking junior. Pero fue difícil llegar. El momento clave, el que, según ella, explica las razones de porqué hoy es una de las grandes promesas del tenis criollo."Estaba en la categoría sub 12 y perdía todos los partidos en primera ronda. Después fui a competir en el Master Nike Junior, donde van las cuatro mejores, pero yo llegué por invitación nomás. Por suerte gané el campeonato y empecé a escalar en el circuito. Ahora soy 76 del mundo", dice la chilena.
Fernanda entrena todos los días en la escuela de tenis de su comuna, junto a su profesor Mauricio Fernández, por quien siente una especial admiración. "Siempre me dijo que había que entrenar para ser número uno, no número 10", admite la nacional. Al igual que otros deportistas, la tenista ha tenido que convivir con la falta de financiamiento. "Tenía que viajar a cuatro torneos en México y Estados Unidos a los que había clasificado, pero no tuve apoyo de la federación. Así que hicimos un bingo en un centro de eventos de Talagante y pudimos sacar lo que necesitamos. Ese vez el Nico Massú me ayudó con una fotos firmadas por él", cuenta Fernanda.
Josefa Fernández, 14 años
Oriunda de comuna de La Florida, Josefa Fernández asoma con un futuro prometedor para el tenis femenino de Chile. La deportista ocupa el quinto lugar en el ranking sudamericano junior en la categoría sub 16. Al igual que Josefa, su hermano menor, Piero, también es una futura promesa nacional y ocupa el puesto 23 en el sub 14.
Desde el principio, la familia apoyó el desarrollo de ambos en la disciplina. Tanto así, que sus padres construyeron una cancha de tenis en el patio. "Tenía 4 años cuando tomé una raqueta por primera vez, y en mi casa jugaba en la cancha hasta que oscureciera. Quiero dejarlo todo en la cancha,", dice la joven deportista. Josefa se entrena de lunes a viernes en la academia de Nicolás Massú, y piensa que el tenis volverá a repuntar en el ranking, “sé que alguien de las nuevas generaciones va llegar lejos, y siento puedo ser yo”.
Jimar Gerald, 14 años
A los 10 años, cuando vivía en Iquique, el entrenador de la tenista Jimar Gerald le dijo que no podía seguir trabajando con ella. Como consecuencia, se fue a Santiago, sin embargo, su nuevo adiestrador concluyó lo mismo. Ambos pensaron que había potencial, y que ya no podían enseñarle nada más a la iquiqueña, que ganaba todos los circuitos regionales enfrentando a niñas mucho mayores que ella. Tenía que buscar horizontes más competitivos.
En ese momento, la familia de la deportista se gastó todos sus ahorros y partió a Miami, Estados Unidos, para que Jimar pudiera ser tenista profesional. Eso fue hace dos años, y en este tiempo ha ganado experiencia y campeonatos junior: es la tercera chilena en el ranking de menores. "Aquí el nivel es distinto, y la mentalidad también. Todos los fines de semana hay competencia", dice la tenista.
Pero hoy, la nortina de 14 años, sufre un duro revés: le negaron la renovación de la visa de turista, por lo que están viendo la posibilidad de irse Europa. “Lloré mucho cuando supe", dice, y además piensa que en Chile "me gustaría que me apoyen más. Este deporte es muy caro y necesitamos plata para viajar. A veces no puedo ir a campeonatos por culpa de eso".
De izquierda a derecha: Matías Soto, Amador Salazar,Renato González.
Matías Soto, 17 años
El primer partido lo jugó en una de las pocas canchas de tenis que hay en Copiapó, la ciudad donde nació. Su padre, jefe de área en la empresa Enami, lo llevaba a clases a un club, y al instante el entrenador del lugar le vio condiciones. "El tenis me gustó porque desde chico que me fue bien, siempre tuve buenos resultados a nivel regional. Me gusta jugar siempre por mí, y si pierdo, perder yo", dice el nortino, que en la actualidad es la primera raqueta nacional en junior y 58 en el ranking.
Viendo que tenía condiciones para ser profesional, la familia decidió apoyarlo. Mario Soto, su hermano mayor de 30 años, se especializó como entrenador y desde hace 6 años que ambos viven en Santiago. “Es muy importante él para mí, cumple la labor de papá y mamá. Sabemos separar cuando somos hermanos y cuando somos entrenador y jugador”, dice el tenista. Uno de los momentos que más disfrutó en su corta carrera fue la primera vez que salió del país: cuando se disputó el Sudamericano Sub 12 el 2011 en Brasil, Chile salió campeón venciendo a Argentina, y Soto ganó su encuentro en single y en dobles. Le gustaría volver a representar al país: “Tengo la esperanza de que algún día me llamen para la Copa Davis, me gustaría mucho ir ahora como sparring, sería una experiencia bonita ir”.
Amador Salazar, 16 años
Es una de las grandes figuras junior en el tenis criollo, ocupando el sexto lugar en el ranking sub 16 sudamericano. La familia de Amador desde siempre ha sido aficionada a los deportes y su padre quiso que practicara alguna disciplina. Así fue como llegó a tomar clases en el Estadio Español de Las Condes. "Unos entrenadores vieron que tenía futuro y ahí aprendí a jugar", dice el joven tenista.
Amador tiene sus metas claras con respecto al tenis. Por eso entrena todos los días para algún día estar entre los mejores del circuito. Incluso, cuando tiene tiempo libre, le gusta saber más sobre los jugadores que lo inspiran, como Rafael Nadal, donde ha pasado varias horas revisando su biografía. "Quiero ser profesional sí o sí. Si es que no ando bien, buscaría una beca para Estados Unidos o quizás en España, pero espero que las cosas anden bien", dice el jugador, que también le gusta practicar el surf.
Renato González, 14 años
Renato González llegó al tenis gracias al fútbol. Tenía un partido con sus compañeros del colegio organizado por los apoderados del curso en un club de la comuna, pero cuando llegó con su mamá no había nadie, suspendieron la cita sin avisarles. Entonces, para matar el tiempo, la mamá le consiguió una raqueta, y estuvo todo el día pegándole a la pelota contra la pared. Ese día durmió con la raqueta y no paró de jugar. En la actualidad está en el puesto 25 del ranking Cosat.
De lunes a viernes, su familia realiza un viaje de 1 hora y media desde su casa, en Puente Alto, hasta la escuela de Fernando González, en Las Condes. Desde los 12 años que rinde exámenes libres para dedicarse tiempo completo a la disciplina. A la hora de nombrar a su espejo en el tenis, menciona al austriaco que ocupa el octavo puesto en el circuito, Dominic Thiem, "he leído que tiene una preparación casi de militar para entrenar y eso lo relacionó conmigo, porque se prepara igual de duro que yo".