EMOLTV

Sacrificio y entrega: Las historias detrás de los dos mejores chilenos del Maratón de Santiago

Clara Morales y Francisco Méndez fueron los primeros nacionales en cruzar la meta de los 42 kilómetros. "Te quedan lesiones en las rodillas, los tobillos, la cadera", cuenta uno de ellos.

03 de Abril de 2017 | 10:41 | Diego Almazábar, Emol
SANTIAGO.- Clara Morales y Francisco Méndez no esconden su alegría. Fueron los chilenos más rápidos en llegar a la meta de 42 kilómetros en el Maratón de Santiago. Se trata de dos sureños, de Curicó y Los Ángeles, respectivamente. Y también se trata de unos deportistas que han tenido que asumir varios costos para hacer lo que más les apasiona, correr.

Esta nueva edición significó para ambos la búsqueda de lo mismo: la revancha. La última vez que compitieron en maratón, los resultados fueron adversos, con heridas y lesiones de por medio. Ayer se llevaron la gloria (Morales fue 5.a y Méndez 10°) y recuerdan sus inicios: cuando la chilena tuvo que escoger entre ser mamá o el deporte y de aquella vez que el chileno se aventuró a desafiar los límites de su cuerpo.

Estas son sus historias.

"Quedaba con los zapatos embarrados"


A Clara Morales, de 42 años, madre de dos hijos, las heridas en la planta de sus pies no la dejan caminar. Está disputando el Maratón de Lima. Va en el kilómetro 17. La humedad y el calor se sienten con fuerza en la capital peruana. Los calcetines sintéticos que usa le formaron ampollas. Intenta no arrastrarse, por dignidad no quiere salir así de la competencia. Fue la peor carrera de su vida.

"Hay que aguantar el dolor y tratar de llegar a la meta. Tener el equilibrio en la respiración para no ahogarse tanto. Todos pasamos por ese umbral, hay que tratar de disfrutarlo y convivir con él. Porque es inevitable. El desgaste muscular es muy grande", relata, cuando su cuerpo no puede más.

Hoy se acuerda de ese mal momento. Prefiere no olvidarlo, de esta manera lo que logró hace algunas horas se saborea mejor.

Esta vez, "Clarita" pudo con el calor, el cansancio y los dolores: Con una marca de 2:47:22, fue la mejor chilena en los 42 kilómetros del Maratón de Santiago.

La nacional cuenta que corriendo "es el único lugar donde me puedo sentir yo. Me siento libre y hoy día sentí un orgullo tremendo porque mi pasión es competir. Si hay una competencia, me empiezo a motivar".



La flamante ganadora del premio “Erika Olivera” comenzó en el atletismo a los 10 años. El director de su colegio vía en aquella niña de piernas largas y de alta estatura para su edad una potencial corredora. Por eso la incentivó a que pruebe su suerte en la actividad. Sin nada que perder, entró al taller deportivo en la escuela Sagrada Familia, en Curicó.

Los primeros entrenamientos fueron las pistas de tierra cerca del cerro Condell. "Quedaba con los zapatos embarrados, y estaba todo el día tratando de mejorar, por suerte nunca me lesioné", cuenta con nostalgia.

Morales fue creyendo que si tenía las condiciones para aventurarse en el profesionalismo. A los 15 años se ganó una beca deportiva Proddar y se fue a vivir al hotel del CAR, en el Estadio Nacional.

Después de 12 años, el recinto para deportistas de alto rendimiento le avisó que no podía seguir viviendo ahí; al quedar embarazada de su primer hijo.

"Tenía seis meses y ya me había salido guata. Como se supone que es alto rendimiento tienes que optar a ser deportista o ser mamá. Es toda una vida dedicada al deporte para que después te digan que tengas que elegir entre tu familia y el alto rendimiento, y eso les pasa a muchos. Así no más es", cuenta.

Su rol de madre nuevamente la obliga a elegir. El logro le abría las puertas para competir en Londres, pero "no me voy a preparar, porque tengo un hijo de seis meses. Era muy complicado. Era un sacrificio. Por eso pensé más en disfrutar", dice, aunque igual fue la mejor representante criolla.

"Te quedan lesiones en las rodillas, los tobillos, la cadera"


Ya era mediodía cuando empezaron a llegar los primeros corredores a la meta: Todos extranjeros, de Kenia y Etiopía, que sin despeinarse dejaron al resto de los competidores kilómetros más atrás.

El primer lugar, el keniata Luka Lobuwan, que instaló una nueva marca de 2 horas y 9 minutos, llegó en silencio, sin entender qué idioma se hablaba a su alrededor.

Minutos después, llegó a la meta alguien que hablaba español, quien dijo que el Maratón de Santiago fue una dulce revancha. Francisco Méndez, el mejor chileno de los 42 kilómetros, con 2 horas y 29 minutos, habló una vez finalizada la competencia: "Siento mucha felicidad, es una satisfacción por los desafíos que no se pudieron lograr y aparte una motivación para los retos que vienen".

Terminada su hazaña en la capital de Chile, el atleta volvió al lugar donde vive, Los Ángeles, Región del Biobío. Es preparador físico de una empresa forestal de la zona, y en sus largos terrenos de tierra y arena Francisco tiene el permiso para seguir entrenando. Viene un reto no menor para el sureño.

El año pasado fue el mejor chileno en Wings for Life, la extenuante competencia que consiste en correr la mayor cantidad de kilómetros que puedas. Hizo 77 kilómetros. Aquella vez, el menudo deportista sentía el rigor de su desafío. Su rostro de cansancio lo delataba. Pero no corrió solo. Atrás de él, piloteaban sus motos Francisco "Chaleco" López y Ignacio Casale, que le daban el aliento que le faltaba.

En mayo va a una nueva versión del certamen en Italia. Ahí, en las calles de Milan, desafiará el campeón Giorgio Calcaterra en una corrida de 85 km.

El nacional además confiesa que esta competencia le sirvió para sacarse la espina de la corrida pasada. Se toma con mucha seriedad las malas carreras, y el pasado certamen de Temuco fue una de esas amargas experiencias. "Estaba realizando una buena carrera, pero una distensión en el cuádriceps no me dejó correr bien. Me tuve que retirar en el kilómetro 21".

"Destacaba un poco más que el montón pero tampoco era una maravilla. Fui campeón nacional del Cross Country a los 18 años y ese fue mi impulso", cuenta el corredor de sus inicios. Pero mucho antes, a los 10, quiso escoger a qué deportes le dedicaría más tiempo. O el fútbol y o el atletismo.

Ahora lleva más de diez años corriendo y dice que la parte más mala de correr es cómo tu cuerpo se va deteriorando más rápido. "Te quedan lesiones en las rodillas, los tobillos, la cadera. Por ejemplo el corredor Edwin Valdebenito le dio cáncer a la piel. Eso es lo que uno va adquiriendo".

"Por eso es importante sacar una profesión. El atletismo te puede ayudar a buscar a eso, yo pude sacar mi carrera con una beca y ahora puedo trabajar y entrenar", concluye, con el objetivo cumplido de dejar su huella en las calles de la capital.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?