La mirada de Juvenal: ¿Qué le pasó a Chile? ¿Y a Alexis? ¿Y a Arturo Vidal?
La selección se mostró inconexa, desorientada y equivocó la manera de atacar. El "Niño Maravilla" jugó ofuscado, irritable, triste.
01 de Septiembre de 2017 | 20:40 | Emol
Por Juvenal OlmosComentarista y ex entrenador de la selección chilena
Entre traspasos inconclusos y horas libres a la medida y "entalladas", la selección de Juan Antonio Pizzi fue arrollada tácticamente anoche por la propuesta de Francisco "Chiqui" Arce, quien desde el inicio hizo jugar al medio punta Almirón obstaculizando a Marcelo Díaz. Así cortó el primer circuito de salida del equipo chileno. Y eso le dolió al elenco nacional.
Paraguay se vistió con su tenida tradicional. Defensivamente se reagrupó, achicando los espacios mediante la sobrepoblación de jugadores en torno al arco de Silva, apostó a la pelota detenida, buscando faltas en la cercanía del área de Bravo y su DT alineó jugadores explosivos en la salida para jugarle de contra a nuestra selección.
Chile además fue cayendo en la pelota trabada, sucia y dividida, excediéndose en las elaboraciones largas, donde sólo consiguió encontrar siempre bien parada a la defensa visitante, que mostró mucha disciplina para llevar a cabo el plan de juego de su entrenador.
De mitad de cancha hacia arriba, el equipo de Pizzi se agrietó en el primer tiempo y entre los mediocampistas y los 3 en punta hubo poca complicidad. Los primeros no se desdoblaron explosivamente y los segundos no se engancharon de manera sorpresiva. El espacio generado fue ocupado por Rivero y Cáceres, los 2 de corte con que Arce edificó el triunfo de anoche en el Monumental.
La selección se mostró inconexa, desorientada y equivocó la manera de atacar. Intentó permanentemente penetrar el arco de Silva mediante el expediente de levantar la pelota con centros muy anunciados.
{SUB¿Qué pasó con Alexis?} Párrafos apartes para el partido de Alexis. Se nota tanto cuando el tocopillano está ofuscado e irritable. Ahí su trabajo es intermitente, deja de ser el futbolista revulsivo, de lectura brillante de los partidos y por sobre todo, con un accionar determinante.
Por si se nos olvidaba, solo 30 minutos antes de entrar a jugar su traspaso al Manchester City quedó en la congeladora. Nos guste o no, su cabeza y su corazón no lograron el noviazgo anoche en el Monumental, quedando deteriorado en gran medida el ataque de la selección chilena.
El "niño maravilla" anoche jugó triste, el muchacho alegre jugó sin su sonrisa habitual y en muchas ocasiones no volvió y fue absorbido por la marca de Moreira. Aún teniendo gasolina en el estanque no lo vació en los 90 minutos, pues en el ida y vuelta infernal que tiene por las bandas, anoche dudó, si ir o quedarse y ahí nos quedamos sin el mejor.
{SUBArturo se enredó} Otro tema es Arturo Vidal, quien no logró meterse dentro del partido, incluso jugando en el estadio que lo vio nacer. Lo observé incómodo, irritado en su entrega y aprisionado por los espacios reducidos que planteó el rival.
Para su categoría, no debiera haber significado un obstáculo tan diferente al que semana a semana enfrenta con su equipo en la Bundesliga. Arturo terminó entrando en la refriega chica, quemando parte de su talento en trancadas y en sectores de la cancha donde anoche no logró plasmar la diferencia que habitualmente impone. Al igual que el colectivo chileno, finalizó el partido enredado en el escenario que fueron llevados por el equipo paraguayo.
Hay otro tema que es clave analizar. Y hay que ir a los números. Según elementos de diagnóstico avanzados, aproximadamente el 25 % de los goles son marcados de pelota quieta, tiros de esquina, penales o tiros de costado. Anoche nuestra selección mostró poco desarrollado este elemento diferenciador del fútbol moderno, pues enfrentada a un rival superior en estatura, no exhibió alternativas a la gran cantidad de pelotas detenidas que tuvo y donde Da Silva y Gómez deben haber terminado con chichones con tanta pelota rechazada de cabeza.
En Clasificatorias no hay mucho tiempo para el lamento, terminado el partido con el pitazo de Pitana, se inició el trabajo para planificar de visita el de Bolivia, en la altura y con un escenario adverso, de momento los que no jugamos, seguiremos ilusionados con esta generación para que regale unos pincelazos de talento allá a 3600 metros de altura.