SANTIAGO.- Nada bien lo ha pasado Pablo Quintanilla en la actual edición del Rally Dakar. Si ya había sufrido una caída que le quitó mucho tiempo en la quinta etapa, lo que vivió hoy en Bolivia fue un verdadero infierno.
El representante nacional en las motos tuvo complicaciones mecánicas que lo hicieron alejarse más de una hora del líder, el francés Adrien Van Beveren. Con esto, el sueño del podio y, más doloroso aún, del título, prácticamente se esfumaron para el chileno. Ahora marcha en el puesto 12.
"Fue una pesadilla para mí. Cerca del kilómetro 220 perdí la tuerca de la rueda trasera, se enredó la cadena en el peñón y de ahí en adelante comencé una verdadera pesadilla. Como no tenía tuerca la cadena se salía en todo momento", reconoció "Quintafondo" en diálogo con el sitio oficial del Dakar.
Tras el percance que lo tuvo parado durante un largo lapso en el recorrido comprendido entre Uyuni y Tupiza, el nacional tuvo que esperar a recibir ayuda.
"Hice todo lo posible para solucionarlo, pero no pude hasta que llegó (su colaborador) Andy con el recambio. Ha sido uno de los peores días que he vivido en el Dakar, porque se rompió mi objetivo que era liderar la carrera y tratar de ganarla", confesó.
"La verdad es que me siento frustrado, muy desilusionado. Hay mucho trabajo, hay dedicación, pasión y cuando pasa este tipo de cosas se cae todo. En la primera semana un virus me debilitó cuando peleaba los primeros puestos, después un conector de gasolina me dejó 20 minutos atrás y ahora una tuerca borra mi opción de llegar al podio", concluyó muy ofuscado Quintanilla.