Siguen los crudos relatos.
AP
SANTIAGO.- Una nueva jornada de crudas acusaciones se vivió ayer en Michigan. Todo esto en el marco del juicio contra el doctor Larry Nassar, acusado de abusar sexualmente de más de 100 deportistas.
Una de las que declaró ayer fue McKayla Maroney, gimnasta que ganó una medalla de oro y una de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
"El doctor Nassar no era un médico. Él fue y siempre será un abusador de niños, un monstruo de un ser humano. Fin de la historia. Él abusó de mi confianza. Él abusó de mi cuerpo. Y dejó cicatrices en mi psique que pueden nunca desaparecer", señaló la deportista.
Maroney siguió con su crudo relato. "Todo comenzó cuando tenía 13 o 14 años, en uno de mis primeros campamentos de entrenamiento del Equipo Nacional, en Texas, y no terminó hasta que abandoné el deporte. Para mí, la noche más aterradora de mi vida sucedió cuando tenía 15 años".
La gimnasta detalla que "había volado todo el día y la noche con el equipo para llegar a Tokio. Me dio una pastilla para dormir para el vuelo, y lo siguiente que sé es que estaba solo con él en la habitación de su hotel recibiendo un 'tratamiento'. Pensé que iba a morir esa noche".
A pesar de todo esto, Nassar escribió una carta para señalar que su salud mental quebrantada no le daba la fuerza suficiente para sentarse y escuchar a todas las víctimas.
"Es un sinsentido", consideró la jueza, quien insistió en que Nassar estuviera presente. "Pasar cuatro o cinco días escuchándolas es algo menor, si se considera las horas de placer que usted tuvo aprovechándose de ellas y arruinando sus vidas".
Nassar, de 54 años, enfrenta una sentencia mínima de entre 25 y 40 años de prisión por abusar de niñas en la Universidad Estatal de Michigan y en su casa. Fue también médico del equipo de la federación, con sede en Indianápolis, que entrena a las participantes en los Juegos Olímpicos.
Se le ha sentenciado ya a 60 años en una prisión federal por pornografía infantil.
