SANTIAGO.- El tenista suizo Roger Federer aseguró que con su victoria en el Abierto de Australia, primer 'Grand Slam' de la temporada, continúa su "cuento de hadas", y afirmó que "mantener el hambre" será clave para lograr futuros éxitos, ya que la edad "no" es "un problema, sólo un número".
"He defendido mi título del año pasado, el cuento de hadas continúa. Eso es lo que destaco, no tanto igualar a Emerson o Novak. Ellos tienen unas carreras increíbles; admiro lo que están haciendo y lo que hicieron. Es un momento muy especial en mi vida otra vez", declaró en la rueda de prensa posterior al duelo.
Para mantenerse a este nivel, el 20 veces ganador de un 'Grand Slam' afirmó que la clave será conservar el "hambre". "He ganado tres 'Grand Slam' en 12 meses, ni yo mismo me lo puedo creer. Sólo tengo que mantener el hambre. No creo que la edad sea un problema, es sólo un número. Pero tengo que ser muy cuidadoso en mi planificación, decidir de antemano cuáles son mis objetivos, cuáles son mis prioridades. Creo que eso marcará si hay éxito o no", indicó.
A ello, deberá unir el hecho de priorizar objetivos. "Creo que la clave es no abusar, no jugar todos los torneos posibles. Me encanta entrenar, y tener un gran equipo a mi alrededor lo hace posible. Al final, veo que mis padres están increíblemente orgullosos y felices de lo que todavía estoy haciendo; ellos disfrutan viniendo a los torneos. Eso me hace feliz y me hace jugar mejor", expuso.
Sobre el duelo, el helvético explicó que empezó "bien el partido". "Creo que perdí el segundo set debido a los nervios, para ser honesto", dijo. "Intenté servir bien y buscar un poco de suerte; lo pude conseguir en el primer juego (...) Creo que la experiencia me ayudó un poco, y también un poco la suerte. Sentí que la necesitaba un poco esta noche", subrayó.
Además, restó importancia al hecho de jugar la final con el techo de la Rod Laver Arena cerrado. "No me afectó el calor. Pensé que quizás a un tipo más grande como Marin le ralentizaría durante todo el partido", manifestó.
Por otra parte, Federer confesó que sintió mucho alivio al ganar el partido. "Me alegré, para ser sincero, cuando todo estaba hecho. Estuve muy nervioso todo el día, me estaba comiendo por dentro. Por eso, cuando todo terminó, estaba aliviado", informó.
"Tras el partido con Chung, no pude dormirme hasta las tres de la mañana. Todo el día siguiente ya estuve pensando en cómo iba a jugar Marin, de lo bueno sería ganar 20 -'Grand Slam'-, de lo horrible que sería perderlo", confesó.
También habló de sus lágrimas durante la ceremonia de entrega de trofeos. "Creo que lo que pasó es que llegué a la final muy rápido, las semifinales fueron interrumpidas. Me quedaban muchas emociones porque no tuve que ir tan lejos como el año pasado contra Nishikori, Stan, etc", subrayó. "Durante el discurso, esperaba que con el tiempo comenzara a relajarme un poco, pero no pude. Estoy feliz de poder mostrar emociones y compartirlas con la gente. Si me emocioné fue por la gente", añadió.
Por último, el número dos del mundo bromeó con su nuevo trofeo. "Estuvo conmigo el año pasado, y es la primera vez que tengo el trofeo del Abierto de Australia de tamaño original, el trofeo de Norman Brookes. En lugar de llamarlo trofeo, creí que podría darle un nombre. Como se llama Norman, creí que era muy apropiado. Me llevo a Norman. Es como un amigo ahora, tenemos que conocernos", señaló entre risas.