El gesto de Piqué.
Agencias
SANTIAGO.- Era un partido especial para Gerard Piqué. Sabía que los ojos de todos estarían sobre él. Y que también sería el blanco predilecto de los hinchas del Espanyol.
Todo eso ocurrió. Cada vez que el defensa del Barcelona tocaba la pelota era víctima de las pifias y gritos de la barra rival.
¿Cómo respondió Piqué? De la peor forma. El zaguero fue el héroe del Barça al anotar el gol del empate 1-1 a los 82 minutos. Y su celebración fue llevándose el dedo a la boca. Hizo callar a los hinchas del Espanyol.
"¿Mi gesto una falta de respeto? Insultar a una familia sí lo es. Ha habido una parte de la afición, que no es pequeña, que se ha dirigido a mi familia y les hago callar a ellos. Conozco a gente del Espanyol que son amigos, pero si hay otros que dicen lo que dicen y el club no lo denuncia, todos están metidos en ello", fue la defensa de Piqué.
Agregó que "supongo que siempre que venga aquí me seguirán recibiendo de esta manera pero no me preocupa. Los jugadores somos responsables por el juego y lo que pasa. El problema es que somos personas y reaccionamos ante lo que pasa. Hay un límite y si los que mandan no toman decisiones ni dicen nada, no vamos a callar".
Y ya al finalizar el partido siguió siendo protagonista. Camino a camarines hubo un altercado entre el defensa blaugrana Samuel Umtiti y el delantero Sergio García del Espanyol.
"Al entrar en el túnel de vestuarios, nos encontramos con un tumulto de jugadores oficiales y personal de ambos clubes, discutiendo entre ellos sin observar ningún tipo de agresión", señaló el árbitro Gil Manzano en su informe.
Sin embargo, medios españoles reportan que Piqué tuvo que intermediar para evitar una pela entre Umtiti y García. Y es que el defensa francés alega que su rival le gritó "negro".
"Más tarde, Sergio García quiso zanjar la discusión y se acercó al vestuario del Barcelona para disculparse ante Umtiti. El francés aceptó las palabras del delantero blanquiazul y el asunto quedó zanjado", señala Marca.