SANTIAGO.- Noviembre de 2015 y Sergio Jadue partía abruptamente de Chile en medio de su posible vínculo en el escándalo de corrupción de la FIFA... Ese mismo mes la vida le volvía a sonreír a Gustavo Huerta.
El técnico chileno fichaba por Deportes Santa Cruz de la Segunda división profesional. A sus 58 años, el DT nuevamente -y después de 21 meses de cesantía- encontraba trabajo, justo cuando el calerano dejaba el país y de paso la presidencia de la ANFP ¿Coincidencia? Para él no. Y, según cuenta, tiene argumentos de peso para pensar eso.
"En su período fui vetado por todos lados. Él (Jadue) y sus secuaces pedían que me echaran de todos lados. Me quisieron borrar y que no pudiese volver a dirigir. Viví cosas muy difíciles, fue un período muy duro", recuerda con nostalgia en diálogo con
Emol.
11 Clubes ha dirigido en su carrera, entre ellos la U, Cobreloa, Wanderers y Bolívar.
El ex volante profundiza enseguida sus dichos. "Recibí varias ofertas, pero siempre se diluían cuando empezaban las negociaciones porque
se enteraban en la ANFP y desde allí recomendaban que no me contrataran", detalla en su relato.
Para Jadue, el estratega era un "enemigo" más. Huerta prefiere no profundizar en el motivo de fondo, pero sí reconoce que la investigación para el libro que escribió su hijo Gustavo -"Historia de una farsa"-, que habla sobre el oscuro mandato del ex timonel del fútbol chileno, influyó en que viviera el momento más complicado de su carrera.
"Por distintas situaciones me vi metido en muchos líos a nivel dirigencial producto de los corruptos que estaban en la ANFP y que me pasaron cuentas a mí por problemas de mi hijo. Viví cosas muy difíciles, fueron momentos muy duros", confiesa.
El DT reconoce que "si bien lo pasé muy mal, la verdad nunca pensé retirarme porque siempre creí que la gente que actúa mal termina pagando. Pasó con Jadue y todos sus secuaces". El tiempo le dio la razón...
El oriundo de Ovalle dando órdenes a sus dirigidos.
Al mando del líder
Hoy la vida le sonríe al entrenador chileno. Su equipo, Cobresal, es el líder indiscutido de la Primera B. Ha ganado 6 partidos y perdido sólo 1 en lo que va de torneo. Paso a paso, lentamente, el camino hacia el ascenso se va pavimentando y así lo asumen en el norte.
"Todos estamos convencidos de que podemos luchar por el ascenso y estamos entregando todo. Sabemos que es un torneo largo, que pueden pasar muchas cosas, pero este arranque es muy importante", expresa.
Huerta sabe que el extraordinario arranque del conjunto minero no es casualidad y admite que el haber estado cerca del descenso a Segunda, el año pasado, le sirvió de lección a la institución.
Claro, porque cuando llegó al norte quedaban seis fechas para el final del torneo y la pérdida de la categoría parecía inminente. Pero el estratega logró el "milagro" ganando 4 de los 6 partidos restantes y manteniendo al histórico club en la B.
4veces ha dirigido a Cobresal en su carrera
"Llegué en el momento más duro de la historia de Cobresal, casi bajando a Segunda y fue una responsabilidad grande, pero lo sacamos adelante y después quedamos todos claros que no se podía repetir una campaña como esa. Se aprendió y hoy vemos frutos", explica.
Y luego de las claves del éxito actual. "Se sacaron lecciones y ahora todos dan lo mejor para que eso no vuelva a pasar. Los dirigentes nos brindan lo que necesitamos, tenemos buenas canchas de entrenamiento, pudimos traer los jugadores exactos que necesitábamos, el grupo es unido, hay un buen trabajo y el ambiente es excelente.
Todo eso nos permite hoy estar peleando el campeonato".
El día en que se "reencantó" con el fútbol
Para volver a disfrutar de este deporte, como lo hace actualmente en Cobresal, Huerta tuvo que esperar una oportunidad. Y esa llegó en la Sexta región y de la mano de uno de los representantes más conocidos del fútbol chileno, Cristián Ogalde, quien maneja los destinos de estrellas como Claudio Bravo y Eduardo Vargas y es el máximo accionista de Deportes Santa Cruz.
"Ahí fui demasiado feliz. El proyecto fue clave para entusiasmarme, había gente joven y un muy buen trabajo detrás. Por eso cuando se presentó la oportunidad no dudé en tomarla",
sostiene sobre el club al que llegó a finales de 2015 y al que dirigió casi dos años llegando, incluso, a estar cerca del ascenso a Primera B.
¿Fue difícil ir a a una categoría que si bien es profesional no tenía el mismo nivel que la A o la B, a las que estaba acostumbrado? "No", responde de forma tajante. "La verdad que Santa Cruz es un club que no tiene nada que envidiarle a los equipos de la B. Ahí me reencanté con el fútbol porque el proyecto era espectacular. Sólo puedo dar gracias a Ogalde, quien confió en mí y me dio una mano después de lo mal que lo pasé, a los jugadores y a toda la hinchada".
Atrás quedan esos duros y oscuros meses. Atrás también queda el recuerdo de Jadue. El DT le dobló la mano al destino y volvió a experimentar la misma pasión que sintió la primera vez que dirigió en 1991, precisamente, con el club con el que ahora lucha por el ascenso a Primera. Sin dudas, hoy la vida le sonríe a Gustavo Ernesto Huerta Araya.