Para llegar, Mardones viajó primero a Panamá, luego a Colombia, Caracas, Valencia y por último, en auto, arribó a Mérida.
Instagram @marcelinom
SANTIAGO.- Luego de marcar un golazo, en el último minuto de partido, Alfredo Ábalos corre presuroso a un extremo del campo. Apunta hacia las tribunas. Sabe quién está ahí: el único hincha del "Pije" que viajó a Mérida, en Venezuela, para ver el primer desafío internacional del equipo.
Marcelino Mardones, solitario y de verde rebelde en medio de miles de camisetas rayadas, celebra eufórico. No le importa estar en un ambiente hostil. "Grité como en el Germán Becker", afirma.
El radiocontrolador de Bio Bio fue el único forofo del conjunto sureño que viajó al país caribeño para ver el debut de su equipo en la Copa Sudamericana ante Estudiantes. Fueron más de 7 mil kilómetros. Una verdadera travesía, en la que terminó cenando y siendo testigo del lado más íntimo del plantel temucano.
Todo comenzó hace cuatro meses, apenas se supo que Temuco se estrenaría en el certamen ante Estudiantes de Mérida en Venezuela. Ahí, Marcelino debió tomar una decisión que no le fue difícil: sacrificar sus vacaciones para ir a ver al Pije. Eso marcó el inicio de una extensa planificación de varias semanas.
"Yo me había programado, me había mentalizado para no perderme este partido por todo lo que significa. No sólo por mí como hincha sino que por la ciudad entera. Un partido histórico", reconoce Mardones.
Sin embargo, todo estuvo a punto de irse por la borda. A sólo cuatro días del encuentro, la Conmebol reprogramó la fecha por inconvenientes con los vuelos a Venezuela y cambió el compromiso para el miércoles 18 de abril, es decir, una semana después. Mardones debió modificar todo.
"Se desmoronó todo. Tuve que armar todo de nuevo. Comprar de nuevo los pasajes y esperar que Copa me devuelva la plata, que son mínimo 90 días que se va a demorar", detalla. "Estuve a dos días de no venir. Porque no me cuadraban la fecha de los vuelos.No encontraba avión desde Panamá a Mérida o a Valencia", añade el hincha.
700Mil pesos aprox. gastó Mardones en el viaje
Y a pesar de todas las dificultades que debió afrontar desde ese entonces, incluyendo 20 horas de viaje, la experiencia que vivió fue "única". "Me putearon por gritar el gol, me agarraron a 'chuchás', me dijeron de todo en la tribuna. Pero no importa. Uno viene a disfrutar. Prácticamente me quedé sin voz", confiesa.
Pero lo que vino después, tras rescatar un empate de oro que deja con la primera opción al cuadro nacional de avanzar, fue el premio mayor. "Cuando terminó el partido se comunicaron conmigo y me preguntaron dónde estaba. Me dijeron que me fuera rápido, que me apurara porque me estaban esperando en el bus para ir al hotel a comer con ellos", cuenta.
Mardones tuvo el lujo de compartir en la intimidad del equipo de sus amores. Habló con el histórico Cristián Canío, comió junto al goleador Alfredo Ábalos, dialogó con el técnico Dalcio Giovagnoli y Rubén Farfán le obsequió su camiseta. Un verdadero sueño. No obstante, eso no fue lo único.
"Me dijeron que siguiéramos en contacto porque me van a llevar con el equipo para el partido de vuelta y van a correr con todos los gastos. Me invitaron también a la concentración del club en el hotel y todo. Súper premiado. Más feliz que la cresta", señala Mardones.
Un periplo inolvidable para el ya famoso hincha que, si bien tuvo sacrificios, trajo consigo una recompensa mucho más sabrosa. Y ahora, a penas pise suelo nacional, Mardones ya sabe qué hará: "Iré al Monumental a ver el partido contra el Colo...con la camiseta que me regaló Farfán".