SANTIAGO.- "Mi esposo quedó sin trabajo y está en Uber ahora. Y no se gana mucho. Yo soy mamá de cinco niños y estamos súper complicados.
Si realmente no alcanzamos a juntar la plata, no va a poder ir la Martinita". Así comienza el relato de Marta Bastías, madre de
Martina Sanhueza (16), quien pese a haber clasificado al mundial juvenil de kickboxing en el ring, aún no puede confirmar su presencia por falta de recursos.
La peleadora de Dreams Kenpo es una de las principales promesas de esta disciplina en el país. En el Sudamericano de Chile 2015 ganó dos medallas de oro y una de plata. Lo mismo consiguió en un torneo de Cancún. Y la entrada a la cita planetaria que se realizará en Italia la obtuvo en el Sudamericano de Brasil. No obstante, su participación en el mundial todavía continúa en duda.
El de Sanhueza es sólo uno de los trece casos de los niños que clasificaron al certamen global de kickboxing, y que se encuentran en una carrera contrarreloj para juntar los recursos y así poder participar. De hecho, ya hay tres que se bajaron de forma definitiva por falta de dinero. Y si bien el campeonato arranca en septiembre, se necesita tener un piso importante antes del 30 de mayo.
Según cuenta Paola Garrido, presidenta de la federación de esta especialidad en Chile (WAKO), se requieren aproximadamente dos millones de pesos por niño para costear el viaje. Pero el organismo que dirige no tiene recursos para financiarlos.
Para conseguir la meta, los deportistas han tenido que hacer de todo. Literalmente de todo. Bingos, rifas, venta de papas fritas, completadas, etcétera. Cualquier fórmula sirve. Arreglárselas por sí mismos ya se ha vuelto parte de su esencia. "Los chicos hasta han recogido cartones en la feria para vender y así poder ir a competir", detalla Garrido.
Sin embargo, lograr los recursos para el mundial se ha vuelto una tarea especialmente difícil para estos niños. Por lo mismo, la madre de Sanhueza hace un llamado desesperado. "Lo único que pido es que crean en la Martina. Es lo único que espero. En realidad en estos minutos cualquier ayuda sirve. Yo no soy de poner la soga al cuello, pero Martina se lo merece. Ella pierde cosas de niña por estar entrenando entonces sería frustrante que no pudiera ir, y yo realmente ahora no estoy en condiciones de pagarle", afirma Bastías.
(Martina Poblete, de Adrenaline Center)
Una situación similar atraviesa Martina Poblete (15). La oriunda de Maipú, que dejó el ballet para entrar al kickboxing por su afición a la película Kung Fu Panda, también ha sido una constante ganadora de medallas para Chile. Y su futuro es muy prometedor.
Pero, al igual que Sanhueza, su familia todavía no logra conseguir todos los recursos que necesita para participar del mundial. Y el tiempo se le empieza a agotar. No obstante, Poblete igual se muestra agradecida y orgullosa de representar a nuestro país.
"Quiero ganar y dejar a Chile no como el país latinoamericano, ahí abajito, sino que quiero sacar la cara por nuestro país junto a mis compañeros de selección y demostrar quiénes somos, cómo estamos trabajando y no ser como el país chiquitito, como nos miran en Europa. Lo vamos a ir a dar todo", afirma llena de confianza la joven de Maipú.
La autogestión y las esperanzas de apoyo estatal
El organismo internacional que unifica a las distintas federaciones de kickboxing fue creado recién en 1976. La WAKO Chile tiene sólo siete años. Y dado que aún no es considerada una de las artes marciales tradicionales y no es un deporte olímpico, el Estado todavía se mantiene al margen y no inyecta recursos.
"En el fondo somos como los invitados pobres de los mundiales. Nadie espera que lleguemos chilenos a ese tipo de torneos. Somos como los últimos del planeta, pero de a poco nos estamos abriendo paso", explica Garrido.
Para mantener el crecimiento que ha tenido esta disciplina en el país, la autogestión ha sido clave. Cada una de las familias detrás de estos niños ha tenido que ingeniárselas. Cualquier método sirve. "No hay nada que te avergüence o que sea trabajo digno para poder cumplir tus sueños. Trabajamos todos en conjunto. Yo creo que la misma falta de recursos ayuda a que las mamitas se atrevan a hacer cosas y apoyarse unas con otras y trabajar en lo que venga", complementa presidenta de WAKO Chile.
Pero este panorama podría cambiar. Al menos esa es la ilusión que tienen quienes conforman la familia del kickboxing chileno. El punto de inflexión podría darse el 2020, en los Juegos Olímpicos.
"Se están haciendo los tratos con WAKO para poder meterse en Tokio", revela Garrido. Esto llena de esperanzas a los jóvenes que representarán a Chile en el mundial, ya que podrían empezar a recibir recursos del Gobierno si son incluidos en el COCh.
"Si sumo puntaje podría llegar a los Juegos de Tokio ¿Por qué no?Entonces no es que sea sólo el mundial y se acaba. Hay muchas cosas detrás. Esas son las metas deportivas que tengo", afirma Poblete.