PRAIA A MARE, Italia.- Como se esperaba, la séptima etapa del Giro de Italia se definió en un sprint. Los favoritos no sufrieron, pues no hubo un gran ritmo de carrera, y la clasificación general se mantuvo tal cual la dejó el resultado en el volcán Etna.
El irlandés Sam Bennett (Bora) fue el más rápido en la definición final y se llevó la victoria tras batir al favorito y hasta hoy imbatible Elia Viviani (Quick Step), que se había impuesto en las dos primeras llegadas al sprint de este Giro.
El irlandés de 27 años consiguió así la primera etapa de su carrera en la carrera italiana, después de haber estado muy cerca el año pasado, aunque entonces fue superado en la decimotercera etapa por el colombiano Fernando Gaviria en Tortona.
Tercero en los dos primeros sprints en el arranque del Giro en Israel, Bennett ganó esta vez claramente.
La escapada del día, iniciada desde el primer kilómetro, reunió a tres corredores (el italiano Davide Ballerini, el español Markel Irízar y el ruso Maxim Belkov). El trío fue controlado a distancia por el pelotón, que no le dejó irse más allá de una ventaja de cuatro minutos.
Ballerini fue el último en ser alcanzado por el pelotón, antes de los diez últimos kilómetros de la etapa, la primera en la península italiana de esta edición.
El resultado dejó al británico Simon Yates (Mitchelton) por una jornada más como líder del Giro, un día después de tomar las riendas de la clasificación en la etapa del Etna.
Yates mantuvo 16 segundos de ventaja sobre el holandés Tom Dumoulin (Sunweb) y 26 sobre su coequipo el colombiano Esteban Chaves (Mitchelton). Más atrás se mantuvieron Domenico Pozzovivo (Bahrein Merida), Thibaut Pinot (Groupama FDJ) y Rohan Dennis (BMC).
El sábado la caravana llega a Montevergine di Mercogliano, uno de los grandes santuarios de Campania. La subida final (5% de desnivel medio) es de 17 kilómetros, para llegar a 1.260 metros de altitud tras 208 kilómetros de recorrido. Otro desafío para los escaladores y los favoritos.