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El drama y todo lo que sufrió Yeferson Soteldo cuando arribó a la U: Incluso recibió ayuda psicológica

Elianny Jiménez, esposa del venezolano, cuenta los difíciles momentos vividos por el jugador. "Se sintió muy mal, estaba apresurado por demostrar su talento".

14 de Mayo de 2018 | 11:08 | Por Leonardo Vallejos, Emol
SANTIAGO.- Se lo pelearon Colo Colo y la Universidad de Chile. Pero finalmente fueron los azules los que lograron quedarse con una de las máximas estrellas del anterior torneo nacional.

Es Yeferson Soteldo, por quien los laicos pagaron cerca de medio millón de dólares por la cesión de su pase desde Huachipato. Y al venezolano le ha costado afianzarse en el club. Poco a poco ha ido mejorando su nivel y consolidado en la titularidad. Esto, luego de todo lo mal que lo pasó a inicios de año.

"En un inicio le costó. Pidió ayuda, le faltaba confianza para estar en un equipo tan grande", comienza revelando Elianny Jiménez, esposa del "Chamo", quien conversó con Emol tras el empate 1-1 en el clásico universitario.

La modelo, quien hoy está embarazada del tercer hijo de su relación, agrega que el subcampeón mundial Sub 20 "se sintió muy mal en el principio. Sentía que nadie lo tomaba en la cancha. Fue mucho el cambio de Huachipato a acá, pero él ahora está tranquilo y se siente en confianza con sus compañeros".

Tan mal lo pasó Soteldo que tuvo que recurrir a apoyo especializado. "Estaba apresurado por demostrarle a la hinchada y a todos los que apoyan a la U de que él tiene un gran talento y que en cualquier momento iba a explotar. Pero no se le daba, se desesperaba, no hacía las cosas como tenía que hacer. Tuvo que recurrir a ayuda del psicólogo de la U, quien lo ha ayudado mucho a sobrellevar las cosas".

Aparte de lo futbolístico, al ex volante acerero "también le molestaba que se dijera que estaba con 4 kilos de sobrepeso, eran sólo 2, pero tiene su conciencia tranquila. Ahora ya se ha ganado el cariño de muchos".

No sólo el jugador sufrió. Jiménez cuenta que para ella también fue cambio grande pasar de Concepción a Santiago. "Nos costó un poquito adaptarnos. Todos saben que la capital es todo más agitado que en Concepción, donde estábamos acostumbrados a tener todo cerca. Aquí el tráfico es más fuerte, hay que levantarse mucho más temprano que antes y también adaptarnos al clima que es un poco frío".

Y pese a la distancia, no olvida a su amada Venezuela. "Allá para nosotros la vida era tranquila. Y cómoda, porque estaban nuestras familias. Nos tocó alejarnos de ellos y se nos achicopaló, pero así es la vida de esta carrera, hay que estar en distintos países. Venezuela nos hace mucha falta. Tiene mucha riqueza, lamentablemente está pasando por una mala posición, pero tarde o temprano saldrá de eso. Ojalá que los niños ya no estén más en la calle pidiendo comida".
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