COCHABAMBA.- "¡Dale con todo, hay que meter!". Fuerte y claro era el mensaje del técnico de la selección chilena de rugby seven, Edmundo Olfos, durante el entrenamiento de los nacionales de cara a su participación en los Juegos Sudamericanos Cochabamba 2018.
El elenco criollo, que está clasificado para el mundial de julio en San Francisco, Estados Unidos, iniciará este domingo su participación en la cita continental, donde chocará ante Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Colombia por la obtención de la medalla de oro.Y a cuatro días de su estreno, los 2.600 metros de altura sobre el nivel del mar que existen en la tercera ciudad más importante del país altiplánico, le han pasado la cuenta a la "Roja" del rugby.
Fue el propio Olfos quien señaló que "aunque llegamos el viernes, ya comenzamos a tener algunos problemas en el equipo. Hemos tenido tres jugadores con dolores de cabeza y enfermos del estómago. La verdad que pensamos que no iba a ser tanto el tema de la altitud, pero estos últimos días nos afectó".
Sobre lo mismo, el DT reconoció que
"estamos preocupados por estos inconvenientes, y la verdad que no sabemos bien si es por un tipo de comida. Hemos sido muy rigurosos con los alimentos del hotel donde estamos y con el agua. Incluso nos recomendaron lavarnos los dientes con agua de botella, pero igual hubo algunos que se vieron afectados con vómitos".
Consultado si producto de los problemas que se generaron al interior del equipo debió cambiar la planificación de los entrenamientos, el DT de la selección nacional de rugby seven dijo que "realizamos algunos cambios, sobre todo con las intensidades de las prácticas. Al principio estábamos muy lento, y algo torpe en los movimientos, pero poco a poco vamos encontrando nuestra mejor versión. Esperamos llegar de la mejor posible al debut".