COCHABAMBA.- "La verdad que no lo recuerdo, pero pueden ser entre Juegos Sudamericanos y Panamericanos unos diez, aunque todavía me falta llegar a unos Olímpicos, esa es la gran espina que tengo clavada, pero sé que lo voy a lograr".
A sus 60 años, Manuel Sánchez, el deportista más longevo del Team Chile en los Odesur de Cochabamba, camina por la Villa Sudamericana y pareciera que fuera un visitante más, y no el actual campeón de tiro al blanco con pistola, quien logró en Santiago 2014 y en los Juegos Bolivarianos 2017 la medalla de oro.
Una frondosa barba blanca, pelo tomado, polera negra con una caricatura y short azul, lo primero que señala a Emol este profesor de artes plásticas y técnicas especiales, no deja de sorprender: "Saquemos al tiro la foto, pero no me pidas que me ponga la camiseta de Chile porque me queda apretada, además que a mí me gusta andar más cómodo, siempre trato de pasar piola".
Se sienta en una de las tantas mesas que se habilitaron para armar la zona internacional, lugar donde se reúnen los competidores para compartir con otros colegas o familiares, y de inmediato señala: "Me siento orgulloso conmigo mismo de ser el más viejito del equipo nacional. Me han dicho 'Tata Colores', 'Viejo Pascuero', pero me da lo mismo. Esto es un desafío conmigo, el tiro es una pasión que no sé cuándo voy a parar. Eso lo sabe el de arriba, mi amigo diosito".
Dice que está ansioso de competir y espera revalidar su presea, pues confianza tiene de sobra. "No lo digo de agrandado, sino por curriculum y experiencia: En Chile nadie me gana y a nivel sudamericano, creo, que tampoco. Ojalá que acá en Cochabamba logre mi objetivo, pues me he preparado más que nunca, con mucho sacrificio y apoyo familiar".
De Sewell a La Serena…
Recuerda que nadie le enseñó a disparar. Cuando tenía 12 años, en su natal Sewell, recibió de regalo un rifle a postón y comenzó a romper todas las ampolletas que encontraba en el lugar. "Mi papá, como sabio minero que era, me subió y me bajó a retos, y mi hermana me rompió el rifle. Sin embrago, eso no fue impedimento para seguir con esta pasión, pues cuando llegué a La Serena a estudiar a la universidad volví a disparar, siempre como aficionado".
Pero un día, en unos juegos de botar patitos y tiro al blanco Sánchez deslumbró a todos. "Me puse a disparar con un rifle y gané todos los premios. Chocolates, galletas, bebidas, no quedó nada. En ese momento se me acercó un caballero y me dijo si quería ir a disparar a un club de tiro y yo, con 18 años, no lo dude. Desde ahí, nunca más dejé este deporte, aunque a mediados de los 90 me cambié a pistola y deje el rifle".
Casado, con dos hijas y pronto a ser abuelo por primera vez, Sánchez cuenta que hace años no ejerce como profesor y que hoy "estoy ciento por ciento dedicado al tiro. Tengo una escuela en mi querido Coquimbo, donde le entrego a 12 niños toda mi experiencia de vida. Están con muchas ganas de aprender y me siento pleno al saber que uno puede dejar un legado. Eso es tremendo".
"Me miraban en menos, será por el pelo largo"
"Me cargan los deportistas chilenos, porque son unos creídos. No sé qué se creen"
MANUEL SÁNCHEZ
Pero cuando todo transcurre muy tranquilo en la conversación, se le consulta por su relación con los integrantes del Team Chile. De inmediato, su rostro risueño cambia drásticamente y con tono fuerte y claro, Manuel se lanza: "Me cargan los deportistas chilenos, porque son unos creídos. No sé qué se creen. Cuando salí elegido el mejor de los mejores, luego de una encuesta que hizo un diario, subí al escenario y estaban todos los 'macucos'. Me miraban en menos, será por el pelo largo, porque soy barbón o porque no me vestí con esmoquin. Y al momento de la foto todas las pinturitas se pusieron adelante".
Y fue más allá: "Obviamente que cuando me nombraron todos se retiraron. Nadie me felicitó. Acá mismo en la Villa Sudamericana somos más de 400 compatriotas y nadie te saluda, no hay un buenos días, buenas tardes. Cuando voy al CEO y veo todas las fotos de quienes han ganado medalla y no están las que ganamos en Santiago 2014 me preguntó: dónde están esas fotos...".
En esta misma línea, no tiene problemas en reconocer que "a mí me gusta reclamar. Quizás puedo ser conflictivo para el COCh, pero no me pongo la ropa de Chile, porque me queda chica, siempre me pasan ropa que me queda mal. Ahora, tú crees que me van a castigar por no llevar el uniforme. Le pasan ropa buena a los pesistas, a los de lucha libre. Si yo pido 'xxl' y me llega 'xl'. No me vengan con tonteras....".
Finalmente, aprovecha el momento de enviar un mensaje: "Sólo voy a hablar por mis niños de la escuela de tiro. Le pido que sean humildes, humildad ante todo, que sean apasionados, sinceros, que saluden, en definitiva, que sean respetuosos…".
