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Entrenando "como profesional" en la escuela del defensa de la U Rodrigo Echeverría en La Bandera

Obreros, estudiantes y hasta ex futbolistas participan de las clases que encabeza el central laico en conjunto con dos amigos. Un periodista de Emol vivió en cancha la experiencia de sus intensas prácticas.

05 de Junio de 2018 | 12:02 | Por Ignacio Guerra Erazo, Emol
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Rodrigo Echeverría trata de que los entrenamientos sean lo más profesional posible.

Ignacio Guerra, Emol
SANTIAGO.- Antes de entrar a la cancha, me paran en seco. "Primero tienes que pesarte. Es una regla que tenemos para todos", explican, y apuntan a una pequeña máquina para medir la masa ubicada en la entrada del campo. Hace frío. Son las 19:00 horas del jueves 31 de mayo y la fuerte lluvia que cayó en Santiago continúa en las calles. El termómetro, con suerte, alcanza los siete grados. El propósito de aquel ritual: seguir el avance de cada uno de los jugadores. El que más baje de peso, puede conseguir un premio.

"La idea es mostrarle a cada futbolista cuánto crece entrenando. El objetivo es ser lo más profesional posible. Si lo logra, puede entrenar gratis un tiempo", detalla Miguel Pinilla, uno de los cabecillas de la escuela Halcones y Genios del Fútbol, ubicada a pasos de la población La Bandera, un sector estigmatizado y donde escasean este tipo de oportunidades.

En ese instante el Centro Deportivo Integral de San Ramón se ve convulsionado. Rodrigo Echeverría, el central de Universidad de Chile, con paso por Everton y constante nominado a los microciclos de la selección de Reinaldo Rueda, irrumpe en el complejo ¿Su tarea? Entrenar a los más de 25 jugadores que se mueven para pasar el frío en la cancha. Retorna al barrio.



El zaguero, junto a sus dos amigos de la infancia de la U, adiestra cada martes y jueves a una treintena de entusiastas jugadores que llegan al complejo ubicado en Av. Ossa 1320. Si bien para participar de la práctica se debe cancelar 2 mil pesos, el trío técnico es flexible e incluso tiene a varios pupilos becados.

"Es motivante venir a enseñarles cómo fue que uno salió. Yo también vengo de una escuela y entrenar así, de esta manera, es grato y los alumnos lo toman de esa manera. Ellos tienen la posibilidad de ver cómo nosotros partimos", relata el central laico.

Esto ha sido muy bien recibido por sus pupilos. La posibilidad de ser adiestrado por un jugador activo ha motivado a decenas de jóvenes y adultos. De hecho, desde que Echeverría fue incluido en el proyecto, el crecimiento del equipo ha sido meteórico. "Cuando partimos era una escuela sólo de arqueros y teníamos seis jugadores. Después cuando pudimos agrandar el giro llegaron diez jugadores de campo más. Pero ya con el correr de los días llegamos a inscribir a 55 jugadores, de los que vienen como 30 por clase, que es el promedio", indica Pinilla.



El entrenamiento arranca. Leandro Cañete, también formado en la U y actual portero de Deportes Recoleta, de la Segunda División Profesional, se para en medio del campo. Toca un pito y todos saben qué hacer: trotar por la orilla de la cancha. Yo, imitando, también me largo a correr. Son cerca de 15 minutos sin parar. Cañete, Echeverría y Pinilla le llaman la atención a cualquiera que ose detenerse.

El trabajo prosigue. En el sector sur del campo hay posicionados conos, vallas, varas, "platos". Todo separado con exactitud. Las labores son diversas y la misón es ejercitar la agilidad, potencia, saltos y rapidez. Eso sí, nada con balón todavía. Las ideas provienen de la experiencia en cancha de los tres técnicos.



En el terreno hay de todo. Desde un arquero que supera los 40 años, que trabaja y que entrena junto a su hijo, a un delantero de 13 que se pasó a la cancha desde el colegio. "Hay jugadores que vienen de San miguel, otros de El Bosque, otros de La Pintana. La verdad es que vienen de distintos lados y somos súper agradecidos en ese sentido porque hay muchas ansias por entrenar. Uno trata de entregarles lo mejor posible a ellos", cuenta el defensor azul. Todos ejecutan los trabajos a la perfección, mientras el 'profe' Echeverría alienta y motiva desde la orilla.

Jorge Lagos (20) lleva un par de meses entrenando en Halcones y Genios del Fútbol. Se pasa a la cancha desde el instituto donde estudia, en Maipú. Juega de volante y tuvo pasos por las inferiores de Unión Española y Audax Italiano y también compitió en Tercera División. Sin embargo, ahora se encuentra sin club. "Acá el entrenamiento es súper intenso y me ayuda a mantenerme en buen ritmo", revela. La esperanza de seguir jugando continúa.

Ahora empieza a correr la pelotita, lo que esperaba. Y si bien me colocan de central, una posición que no me acomoda, igual me las arreglo para, al menos, no recibir los retos del 'profe' Echeverría. Aunque constantemente me aconseja. "Abra la cancha", "saque al equipo", "ordene la defensa", son algunas de sus instrucciones. ¿Cómo no seguirlas?

En tanto, Cañete entrena detrás del arco norte a los porteros que no juegan.

El encuentro es parejo, intenso y de mucha pierna fuerte. Como zaguero me toca repartir un par de cariños, aunque nada desmesurado. Pero cuando el compromiso está por culminar, en los minutos finales, una barrida provoca un encontrón en la mitad de la cancha entre dos rivales. Hay empujones, pechazos, recriminaciones. Echeverría, drástico, da por terminado el entrenamiento. "Y agradezcan que no los muelo a abdominales", dice molesto. El resultado fue 2-1 a favor del conjunto rival.

Pero todo queda ahí. Tras el pitazo final, empiezan los abrazos, las disculpas, y los 'profes' pasan la lista. Los que faltan por pagar (3 mil pesos) se ponen al día y poco a poco el campo se comienza a vaciar. Echeverría, Cañete y Pinilla se despiden calurosamente de cada uno de sus dirigidos. La tarea está hecha.

Pensando en la ANFA



Pese a que la escuela nació exclusivamente para preparar arqueros, con la iniciativa de Cañete y Pinilla, la inclusión de Echeverría le dio un plus que provocó que la cantidad de alumnos se disparara.

La progresión que ha tenido el club ha sido tal, que incluso ya se ponen metas ambiciosas. "La idea es seguir creciendo y en un futuro más cercano que lejano dar el salto e inscribirnos en la ANFA. La idea principal es seguir juntos, seguir afiatándonos para poder continuar avanzando", asegura Pinilla.

Eso por lo pronto. Pero pensando a futuro, ni uno de los tres descarta la posibilidad de dedicarse a ser director técnico profesional. De hecho, Echeverría reconoce que "ya lo hemos conversado, tirando tallas. Falta mucho pero no descartamos esa posibilidad porque creo que es grato, nos hemos sentido bien. Hemos tenido harta ayuda y hablamos, nos podenos en coordinación cada uno, hay un ambiente grato. Esperamos más adelante, si dios quiere, poder hacer dupla técnica (con Cañete). Falta mucho sí".
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