SANTIAGO.- Fue un US Open que estuvo en el centro de la polémica. La cancha del Shinnecock Hills fue foco de críticas, aunque
Brooks Koepka se impuso a todo y se consagró haciendo historia.
El golfista estadounidense, de 28 años, ganó por segunda vez consecutiva el major logrando algo que no se conseguía desde 1989 cuando Curtis Strange hizo lo mismo.
El norteamericano terminó el torneo con un total de +1, lo que demostró la dureza del certamen que estuvo marcado por las fuertes críticas de otros jugadores y de la prensa mundial.
"Koepka gana el US Open de la vergüenza", titulaba el diario español El Mundo.
"Koepka gana el US Open más extremo del último tiempo", escribía The Guardian en Inglaterra.
Los golfistas también hicieron ver la dureza del major. "Los greenes estaban injugables y con posiciones de bandera innecesarias. La USGA ha encontrado la manera de hacernos parecer tontos en el campo", fue la queja del español Rafael Cabrera.
"El torneo es desesperante, ahí se vio el claro ejemplo, te da ganas de levantarla e irte a ver el mundial por tele tranquilo en tu casa", Emiliano Grillo.
El campeón
Con una potente pegada y apasionado del béisbol, el norteamericano, quien para muchos especialistas es un golfista atípico, empezó a forjar su carrera en las ligas menores del Challenge Tour Europeo.
Pero este deporte no era lo suyo. "El golf es aburrido, no tiene mucha acción", fue el titular que dejó hace un año tras ganar su primer US Open. Siempre quiso dedicarse al béisbol, pero no pudo.
Un accidente automovilístico le impidió cumplir ese objetivo. Se fracturó la nariz y tuvo que evitar durante el verano los deportes de contacto. Así llegó al golf.
El tiempo le dio la razón. El 2012 estrenó su palmarés como profesional en España y el año pasado saltó a lo más alto conquistando el US Open. Y ese gran logro se repitió este 2018.
Las lesiones han impedido que el flamante campeón del Shinnecock Hills llegue más lejos. Es más. Esta temporada estuvo tres meses fuera debido a un problema en su muñeca siendo uno de las grandes ausentes del Masters de Augusta.
Sin embargo, Koepka regresó con todo y ayer domingo lo demostró. El major fue suyo por segundo año consecutivo y de paso inscribió su nombre en la historia. Digo de aplausos.
