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Historias del Mundial: Igor Akinfeev, el portero ruso que pasó del "bullying" a ser héroe nacional ante España

El golero del CSKA Moscú ostenta un récord muy negativo en Champions League y ha sido muy resistido en su país por algunos errores. Este domingo se reivindicó tapándole dos penales a los hispanos.

01 de Julio de 2018 | 21:02 | Redactado por Ignacio Guerra, Emol
SANTIAGO.- Igor Akinfeev (32 años) siempre fue talentoso bajo los tres tubos. Desde pequeño que su familia sabía que sería portero. De hecho, por sus destacadas actuaciones en las divisiones inferiores, el CSKA Moscú, el club del cual nunca se ha ido, lo hizo debutar cuando tenía sólo 17 años. Y sólo meses después se estrenaría con la camiseta de Rusia.

Tanta era la expectativa que generaba este ágil y seguro guardavallas que incluso se creía que sería el reemplazante del mítico Lev Yashin, la "araña negra" soviética que deslumbró con sus espectaculares tapadas durante la década de los 60. Pero la carrera de Akinfeev pasaría por momentos oscuros.

El meta ha debido lidiar durante varios años con las burlas y críticas. El "bullying" se volvió parte de su día a día cuando, en el debut de Rusia en el Mundial de Brasil 2014, cometió un grosero error ante Corea del Sur: tras un remate intrascendente el balón se le escurrió entre las manos.

De ahí en adelante el golero se volvió muy resistido por los hinchas rusos. Se le acusó de ser el gran responsable de la tempranera eliminación de la cita planetaria, ya que la "Sbornaya" quedó fuera en la fase grupal por sólo dos puntos.

A eso se suma que Akinfeev ostenta un récord muy negativo en la Champions League. El meta estuvo once años recibiendo al menos un gol en el torneo europeo, marca que rompió recién el año pasado en el triunfo 2-0 del CSKA Moscú sobre el Benfica. Es decir, es el portero con la peor racha en el certamen internacional de clubes.

Pero todo eso quedó en el pasado este domingo. Akinfeev se transformó en un verdadero héroe nacional al taparle dos penales a España en la infartante definición desde los doce pasos.

Primero le bloqueó con las manos el disparo a Koke y luego con los pies rechazó el remate de Iago Aspas, lo que en definitiva le dio la clasificación a los cuartos de final a su país.

Una reivindicación más que merecida para un portero que pasó del suelo a la gloria en una jornada consagratoria. Tras el pitazo final, fue el más abrazado y elogiado por sus compañeros.
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