Alexa Guarachi, su padre Fernando y la bandera de Chile.
Archivo personal.
SANTIAGO.- En 2004 tenía
14 años y fue campeona nacional en Estados Unidos. Sus padres, él chileno y ella estadounidense, se ilusionaron con que era el comienzo de una exitosa carrera en la potencia mundial en el tenis. Pero no.
Hoy, pasado el tiempo, defiende a Chile e hizo historia al ser la primera representante nacional en conseguir un título en el circuito de la Women's Tennis Asociation, la WTA, la elite de este deporte. Es parte de la historia de
Alexa Guarachi Mathison, la "gringa" como le dicen sus más cercanos. Pero, ¿qué pasó en el camino para que se inclinara por nuestro país?
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Cuando fue campeona infantil, no le pusieron mucha atención en Estados Unidos. En vez de invitarla a los mejores centros de entrenamientos de juniors la pasaron por el lado. Fue una muy mala experiencia,
ella fue discriminada". Esto lo cuenta al teléfono
Fernando Guarachi, su padre, chileno, y quien reside en el balneario de Miramar Beach, en Florida.
En sus inicios, fue él quien la entrenó. Por eso le dolió que no la consideraran. Dice que le explicaron que tenía tantas jugadoras buenas, que no se habían fijado en su hija.
Ese fue el puntapié inicial para que se cumpliera uno de sus grandes sueños, verla en el ranking de la WTA con la bandera chilena.Luego, Fernando se reunió en Boca Ratón, Florida, con Ricardo Acuña, ex tenista chileno que trabaja en EE.UU. para la Asociación local preparando a los nuevos talentos. "Me dijo que él la entrenaría. Esto fue justo antes del Abierto de Australia junior. Y uno de los coaches estadounidenses la vio, quedó impactado con su nivel. Le preguntó a Ricardo que quién era. 'La que no pescaron, la que dejaron pasar', fue su respuesta en buen chileno".
Lo relata con orgullo, ya que en ese entonces ninguna tenista de las escuelas norteamericanas había logrado ingresar al cuadro principal. Pero Alexa sí, "y no la conocían".
El salto para ser chilena
Con todo esto, viendo que allá le cerraban las puertas, Fernando habló con Alexa.
"Era un sueño más de ella. Quería defender a Chile. Y me puse las pilas y empecé los papeleos".Pero había un inconveniente.
La USTA, federación de tenis de EE.UU., debía darle el permiso para jugar como chilena. No fue fácil. Los estadounidenses le explicaron que no era llegar y sacarla, que ella pertenecía a sus registros. Y que si quería cambiar de nacionalidad tenía que pagar toda la ayuda que le habían dado en sus inicios. "Si hay que pagar, lo hago, no me detendrán", fue la respuesta de Guarachi padre.
Papeleos por aquí y por allá, además de "ayuda" de gente que conocía Fernando y
por fin el 2014 pudo conseguir el pasaporte chileno. En esta espera, pasaron dos años sin que pudiera jugar por el país.
Claro que poco después llegó una grave lesión.
En 2015 se cortó los ligamentos de su rodilla izquierda. "Pensamos que se acababa todo, que se retiraría y no jugaría más. Fue el momento más duro de todos. Pero ella es perseverante, yo lloro al recordar cómo entrenaba, cómo hacía sus tratamientos. Yo no sabía si valía la pena tanto esfuerzo. Hoy sé que sí".
Chao privilegios, hola Chile
La decisión que tomaron Alexa y Fernando no es muy fácil.
Los y las tenistas que son reconocidos como estadounidenses tienen una gran cantidad de privilegios que ellos sabían que perderían."Hay un circuito americano que tiene como 30 torneos y allá sólo le dan wild cards a norteamericanos.
Por ejemplo, Alexa ahora ya entraría directo al cuadro principal del US Open con wild card, de seguro. Esto sería porque la consideran norteamericana y con este éxito en Gstaad más la buscarían", narra el progenitor.
Por eso es consciente que se perdieron beneficios, "sabíamos que iban a haber desventajas. Pero también pensamos en las ventajas de ser la representante de Chile, competir con las mejores.
Y en eso nadie nos para. Es su sueño y el mío".