El tenista chileno Nicolás Jarry.
EFE
SANTIAGO.-
El pasado 3 de agosto fue el último partido que disputó en el circuito el tenista chileno Nicolás Jarry (42° del mundo), luego de caer en la semifinal del ATP 250 de Kitzbuhel ante el uzbeko Denis Istomin.
Tras esto, y después de dos exitosas semanas, donde también llegó a la ronda de los cuatro mejores en el ATP 500 de Hamburgo,
el nacional regresó a Santiago a preparar su gran desafío: la temporada en pista de cemento que lo podría dejar en el top 30 del ranking planetario.Esto porque
el criollo no defiende muchos puntos en dicha superficie, ya que en el segundo semestre de 2017 pudo ganar sólo dos partidos y ambos fueron en qualy. De hecho, en los tres últimos certámenes en cancha dura no pudo sumar.
Así, y luego de dos semanas de entrenamiento en Chile, la primera raqueta del país
volverá a la acción la próxima semana en el ATP 250 de Winston-Salem, certamen que se disputa en Carolina del Norte y que es previo al US Open, el último Grand Slam del año.
Y no será un torneo cualquiera para "Nico", pues será uno que se desarrolla
en pista de cemento, una superficie que ha sido bastante hostil para el santiaguino este 2018.
De los 16 campeonatos que ha jugado sólo tres han sido en cemento, en los cuales sumó dos victorias. El primero fue el ATP 250 de Pune, India, en el que venció en la primera ronda al español Pablo Andujar por 6-7 (4), 6-4 y 7-5. Después vino el Abierto de Australia donde se inclinó en la fase inicial ante el argentino Leonardo Mayer por 2-6, 6-7 (1) y 3-6 y por último el Masters de Miami, donde derrotó en el primer partido del campeonato al británico Cameron Norrie por 7-6 (3) y 6-2, el pasado 21 de marzo.
Desde ese día, el chileno no volvió más a una pista rápida, pero ahora tendrá la gran oportunidad de saldar su deuda en este tipo de cancha, considerando que los próximos siete torneos que tiene proyectado desde aquí hasta el término del año serán en cemento.
Al respecto,
Martín Rodríguez, técnico de Jarry, explicó hace algunos días en El Mercurio el tenis que ha desarrollado su pupilo en la superficie que menos lo acomoda. "Desde que 'Nico' es chico, por su físico y su forma de jugar, uno puede decir, sin miedo a equivocarse, que su estilo de juego es para canchas rápidas.
Mi teoría es que si uno enfoca a un tenista muy joven en canchas rápidas, no termina de desarrollar bien su juego".
Y agregó: "Eso sería solo tener un par de tiros y ganar rápido, y no se formaría bien. Por eso el enfoque siempre fue la arcilla, donde lo está haciendo extremadamente bien. La mayoría de los jugadores lo hace así".
Por cierto, esta temporada el uno del tenis nacional ha disputado 10 campeonatos en polvo de ladrillo, en los que suma 19 triunfos, sin duda su mejor performance desde que es profesional, aunque ahora el gran desafió que le espera será el cemento, donde una buena campaña lo podría catapultar al selecto grupo de los 30 mejores tenistas del orbe.