SANTIAGO.- Luego de que
Corea del Sur resultara eliminada en la fase grupal del Mundial de Rusia, la imagen de
Heung-Min Son llorando desconsoladamente dio la vuelta al mundo.
El volante del Tottenham había perdido una de las dos chances que le quedaban para
salvarse de hacer el servicio militar en su país -que es obligatorio-, lo que lo habría forzado a congelar su exitosa carrera como futbolista.
Sin embargo, la segunda oportunidad que tuvo no la desaprovechó: Son se proclamó campeón de los Juegos de Asia este sábado con su selección y logró zafar de enlistarse en el ejército.
De acuerdo a la ley surcoreana, todo ciudadano está obligado a hacer el servicio militar por dos años, antes de cumplir 28, y la única forma para salvarse siendo deportista es obteniendo algún logro destacado para su país.
Es decir, como futbolista, Son como mínimo debía colgarse una medalla olímpica, avanzar a octavos del Mundial o ganar los Juegos Asiáticos. Consiguió zafar en su última opción.
Corea del Sur obtuvo este título al vencer en la final a Japón por 2-1, en la previa del duelo amistoso ante Chile, programado para el martes 11 de septiembre. Son, la figura de su país, se lució con dos habilitaciones en el último duelo del torneo y de paso aseguró mantener su exitosa carrera como jugador.