Una carrera que pudo terminar de golpe.
AFP
SANTIAGO.- Hoy la vida le sonríe a
Luke Shaw, sin embargo, hace unos años atrás la situación fue totalmente distinta. Y bastante compleja.
Corría septiembre de 2015. El Manchester United enfrentaba al PSV por la Champions y el lateral estaba en cancha. Eso hasta el fatídico minuto 24 del partido.
Una fuerte entrada del mexicano Héctor Moreno sacó inmediatamente al inglés del encuentro. El resultado era de los peores, pues
el diagnóstico era grave: Fractura de tibia y peroné.
En ese momento la carrera de Shaw, quien se alzaba como una de las promesas del fútbol británico, se detenía bruscamente.
Recién ocho meses después regresaba a las canchas.Pasó el tiempo y el lateral no pudo recuperar el nivel que tanto prometía. Las consecuencias de la grave lesión le pasaban la cuenta. Claro, el impacto fue tal que todo pudo terminar aquel día.
"Mentiría si dijera que nunca he pensado en dejar el fútbol", confesó el jugador aludiendo al momento vivido en 2015.
Y siguió con otra revelación: "...Pero tengo un montón de buena gente a mi alrededor, familia y amigos que me ayudaron a superarlo. Nadie lo sabe, pero estuve a punto de perder la pierna".
"No lo supe hasta seis meses después, cuando me lo dijo el médico", profundizó sobre esa situación.
Luego Shaw dio más detalles. "En aquel momento, pensaron en trasladarme por aire. Si hubiese volado, probablemente habría perdido la pierna por los coágulos de sangre. Tengo dos cicatrices donde tuvieron que abrir para quitarlos", contó.
Hoy la vida le vuelve a sonreír al lateral. Sigue luchando por un espacio en el United y además fue convocado para defender a la selección inglesa.