Jorge Valdivia apagando la bengala que cayó en el arco del meta de la U Johnny Herrera.
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SANTIAGO.-
Una dura sanción recibieron tres hinchas de la barra de Colo Colo, "Garra Blanca", tras los incidentes que se produjeron durante el Superclásico ante Universidad de Chile en el estadio Monumental, el 25 de agosto.
A través de un comunicado, el Plan Estadio Seguro informó que "las tres personas que subieron a los vidrios del sector norte del recinto y lanzaron fuegos artificiales a la cancha, no podrán ingresar a ningún estadio de Chile durante los próximos 11 años y medio.
En el texto se señala que "gracias a un gran trabajo de investigación y pericial del Departamento OS13 de Eventos Masivos y Fútbol Profesional de Carabineros de Chile, se identificó a estas tres personas, de iniciales E.J.C.C, E.A.C.C y B.A.O.V., quienes al inicio del segundo tiempo se treparon a los vidrios del sector norte del estadio, desplegaron una bandera que incitaba a la violencia, y lanzaron pirotecnia hacia el campo de juego".
Además, se informó que "sin perjuicio de lo que determine la justicia, y en atención a lo establecido en la Ley Nº 19.327 de derechos y deberes en el fútbol, su reglamento y el protocolo de derecho de admisión elaborado por la ANFP, estas personas quedaron con una prohibición de 11 años y seis meses sin poder entrar a ningún estadio donde se juegue fútbol profesional en Chile".
"Estas tres personas se suman a los 116 hinchas que ya recibieron una sanción sin poder ingresar a ningún estadio de Chile por los próximos tres años, debido a no cumplir con las normas de ingreso y permanencia que les establece la ley como responsables de los elementos de animación, luego de que se confirmara que desde la zona destinada a la animación se activara la mayor parte de la pirotecnia ilegal que se lanzó durante el partido", comunicó el Plan Estadio Seguro que dirige el periodista Andrés Otero.
Recordemos que al inicio del segundo tiempo del duelo entre albos y azules cayó una bengala muy cerca del portero de la U Johnny Herrera, además de numerosas bombas de ruidos que obligaron al árbitro Julio Bascuñán a detener las acciones.
Luego de cerca de 10 minutos se reanudó el lance, lo que generó la molestia de la dirigencia del elenco universitario, quienes, tras el partido, criticaron la decisión de Bascuñán de no haber suspendido el compromiso.
