SANTIAGO.- Sólo había sido visto públicamente en unas pocas ocasiones, pero nunca había querido hablar de lo que pasó en el Mundial de Rusia 2018. Hasta ahora...
Jorge Luis Sampaoli Moya rompió el silencio. A casi tres meses de su bullado despido de la selección de Argentina, el técnico decidió hablar de lo ocurrido en la cita planetaria.
"Me tomé un tiempo para analizar mi proceso en la selección, para analizar el post-Mundial. Necesitaba este momento de análisis para sacar en claro cosas de cara a mi futuro", explica de entrada el DT al diario español Marca. Luego, profundiza en el fracaso de la "Albiceleste".
"Fue un año de mucha tempestad, exigencia, obligación, inmediatez, donde nosotros y los jugadores estábamos obligados solo a ganar y en esa tesitura fue muy duro hacerla fluida, más allá de que todo estábamos muy involucrados.
La mochila que tenía este grupo era demasiado pesada, estábamos todos empujados a un camino de obligación en la que era difícil hacer surgir el talento", explica.
Y sigue con su sincera confesión. "
Fue un trabajo muy duro que no acabó prosperando porque solo había una opción: ser campeones del mundo. Y en esa obligación, ante cualquier adversidad, todo era más complejo. No pudimos disfrutar nunca.
La meta era siempre demasiado alta".
"Debíamos tener equilibrio para que la obligación de ganar que tenía el jugador argentino no generara más ansia. Cada partido era casi un sufrimiento", agrega.
Respecto al fracaso en Rusia, Sampaoli argumenta que
"me responsabilizo de que en la selección no pude general mi estilo, lo que yo siento futbolísticamente, y eso me servirá para el futuro, porque yo quiero disfrutar del juego. Mire lo que pasó en el Mundial. Lo terminó ganando un país casi al contragolpe. Y uno de mis candidatos, que era España, se quedó fuera rápido".
Más tarde ahonda en lo que pasó en el Mundial y sostiene que "le puse mucho corazón y sentimiento, pero no alcanzó.
No creo que tenga que reprocharme cosas. En la adversidad aprendí mucho para el futuro".
Sobre Messi
La defensa del casildense al astro del Barcelona fue clara. "Verlo tan comprometido, sufriendo mucho cuando no se ganaba. El mejor jugador de la historia estaba muy comprometido. Leo sufría como ninguno la imposibilidad de ser", cuenta.
Y detalla: "Lio viene de una estabilidad muy grande en su club de España. Allí maneja los tiempos... y llega a su país, Argentina, y tiene que ganar como sea, con una histeria colectiva muy grande... A Lio le pesaba como el que más no haber podido trascender grupalmente".