Vincenzo Iaquinta lo pasa mal.
AP
ROMA.- Un tribunal italiano condenó ayer miércoles a dos años de cárcel al ex futbolista Vincenzo Iaquinta -campeón del mundo con su selección en 2006-, en un juicio contra casi 150 personas por presuntos vínculos con la mafia en el que su padre, Giuseppe, fue sentenciado a 19 años de reclusión.
Iaquinta fue declarado culpable de un delito de armas de fuego, pero el juez rechazó las acusaciones de que estaba involucrado con la 'Ndrangheta, la organización mafiosa más poderosa de Italia.
Sin embargo, un tribunal en la ciudad norteña de Reggio Emilia dictaminó que el padre del ex futbolista tenía lazos con la mafia. Otros 120 acusados también fueron declarados culpables en el caso, el mayor de los juicios de este tipo contra la 'Ndrangheta'.
Iaquinta, ex jugador de la Juventus, negó furiosamente haber cometido cualquier delito después de que se leyó la sentencia.
"Han arruinado mi vida simplemente porque vengo de Calabria", gritó Iaquinta cuando salía del edificio de la corte. "No hemos hecho nada y no tenemos nada que ver con la 'Ndrangheta. Estoy sufriendo como un perro (...) y no he hecho nada", agregó.
El tribunal dictaminó que el ex futbolista había entregado ilegalmente dos revólveres a su padre, quien en ese momento estaba sujeto a restricciones judiciales y no podía tener acceso a armas de fuego.
Iaquinta dijo que le había dado las armas a su padre para su custodia cuando estaba a punto de mudarse de casa.