SANTIAGO.- La selección chilena de rugby, los "Cóndores", cayeron inapelablemente por 73-0 ante los Maorí All Blacks, combinado nativo de Nueva Zelanda. Pero,
más allá de la derrota, hubo un gran ambiente en las tribunas de un estadio San Carlos de Apoquindo teñido de rojo.
El aforo, cercano a los 14 mil espectadores, le brindó su total apoyo al equipo nacional, que no tuvo las armas para contraponerse a la potencia física y táctica de los oceánicos.
Igualmente, existieron momentos donde la atención se centró más en el público que en el partido mismo.
La familia neozelandesa
El estadio estaba casi todo de rojo, salvo por contadas manchas negras de asistentes que apoyaban a los oceánicos.
Entre el puñado de público visitante, se destacaba una familia en particular que se componía de: papá, mamá y dos hijos. Pintados de negro una mitad del rostro y la otra con un "NZ", festejaron todos los tries y conversiones que su selección realizaba.
Cada anotación oceánica, el clan se levantaba de sus asientos y lanzaban gritos de apoyo en su idioma. Poco les importó que el estadio haya sido todo chileno.
El niño líder
Ya avanzadas las acciones, Chile lo pasaba mal en el gramado precordillerano y el público ya no alentaba tanto como en un principio.
Cada try era un baldazo de agua fría para los "Cóndores" y los asistentes se desmoronaban. Pero había un niño en la galería sur del estadio que rompió los esquemas.
Al ritmo del mítico "ceachei", el menor levantaba los ánimos de la parcialidad chilena y revitalizaba los cánticos. Así, los espectadores alzaban la voz y le agradecían el esfuerzo mostrado por los jugadores criollos.
El "Haka" de la gente
Antes de ingresar al estadio, hubo un concurso que se llevó las miradas de la concurrencia y se robó la atención de los que llegaban a las dependencias de San Carlos de Apoquindo.
El "Haka" de la gente, una actividad en donde los más atrevidos y jugados ensayaban este ritual neozelandés junto con dos promotores que les enseñaban la coreografía.
Esto, además, era grabado ya que el mejor ganará un entrenamiento con los "Cóndores". Pero más allá del premio, muchos tuvieron la personalidad para sentirse, aunque sea por un momento, un All Black más.
La cercanía del público con los "Cóndores" y los Maorí
Pese a lo abultado de la derrota, el apoyo del público fue agradecido por el combinado chileno. Una vez concluido el partido, los nacionales dieron una vuelta por la cancha saludando y reconociendo el apoyo de los asistentes, liderados por su capitán Javier Richard.
Luego, se lanzaron al pasto cerca de la tribuna Sergio Livingstone y compartieron con los fanáticos que se agolpaban al borde de la cancha para intentar conseguir una firma, un saludo o los más optimistas, una camiseta.
Los visitantes hicieron lo mismo, se mostraron cercanos a la gente e incluso algunos concedieron fotos con los asistentes. Y aunque el duelo se calentó en un momento, la camaradería reinó una vez terminado el encuentro.