El bus de Boca Juniors fue atacado por los hinchas de River Plate.
AFP
SANTIAGO.- Pasan las horas y cada vez se conocen más detalles de los violentos incidentes ocurridos ayer sábado en las afueras del estadio Monumental, antes de la hora en que se debía disputar la final de la Copa Libertadores.
Sin embargo, un ataque por parte de un grupo de barristas de River Plate contra el bus que trasladaba al plantel y cuerpo técnico de Boca Juniors desató un escándalo que terminó con un aplazamiento del choque, ahora con fecha por determinar.
Y hoy uno que sacó la voz fue precisamente quien conducía el vehículo, Darío Ebertz, quien contó qué pasó momentos de terror y que incluso casi se desvaneció mientras manejaba.
"Me rompieron las ventanillas laterales. Me impactó en la costilla una botella de cerveza. Me quedó unos segundos sin aire", explicó "El Gringo" a TNT Sports.
De hecho, fue en ese momento en que Ebertz explicó cómo evitaron que la situación en el bus pasara a mayores. "Dios me mandó un ángel, que fue (Horacio) Paolini, vicepresidente de Boca, quien me agarró el volante, sino no estaría contando esto. Si nadie agarraba el volante, no sé qué hubiera pasado".
Sobre la misma, el chofer explicó que "cuando vi la piedra ya no recordé nada, hasta que manoteé el volante de vuelta y dije 'estoy bien'. Pero fue un segundo, como que me quedé sin aire".
Además, Ebertz lanzó una fuerte acusación contra quienes organizaron la seguridad en los alrededores del estadio Monumental.
"Para mí, liberaron la zona. Antes habían vallas altas de madera desde Quinteros hasta el estadio. Ayer no estaban las mismas vallas que usaban en los partidos anteriores. Vinimos a un partido de fútbol. No a una guerra", concluyó.